JORGE SAVIA
Si bien la situación de confrontación en la que el boxeo uruguayo se encuentra sumido desde hace tiempo, parece encaminarse en forma inexorable hacia una intervención del Ministerio de Turismo y Deporte a la Federación Uruguaya de Boxeo, esto no ocurrirá hasta que el ministro Héctor Lescano tenga -en forma personal, más allá del aporte ya realizado por sus asesores- un panorama acabado de la misma, lo que sucederá el próximo martes.
El secretario de Estado, que el viernes pasado se reunió con los promotores Sebastián Revetria y Sergio Márquez, y ayer lo hizo -por tres horas y media- con el actual presidente de la Federación, Juan Carlos Montiel, el secretario general, Leonardo Herrera, el fiscal Marcos Rodade, y la Dra. Verónica Vanrell, que participó en el encuentro en calidad de asesora de los dirigentes, el próximo lunes recibirá a Christian Namus, en lo que será algo así como un último round antes de que Lescano emita su "fallo".
En esta instancia se le transmitirá a la boxeadora -que días atrás anunció que seguiría los pasos de Sebastián Revetria, su manager, quien dijo que se retiraba- que las autoridades no se van a expresar en cuanto a su determinación, pero tampoco quieren aparecer indiferentes ante la misma, o como que ni se dieron por enteradas.
Concluida la ronda, lo más probable es que se decida una intervención de la Federación Uruguaya de Boxeo, aunque por corto tiempo, y con el preciso objetivo de que se realice una reforma estatutaria y que a breve plazo se llame a elecciones para designar nuevas autoridades.
Por otra parte, la actual directiva de la Federación Uruguaya de Boxeo presentó en la víspera una denuncia en la Jefatura de Policía de Montevideo contra el ex presidente de la entidad, Rodolfo Luna, quien oportunamente retiró de la Fundación Uruguay un cheque por US$ 7.800 para pagar en Jorge Martínez los pasajes de 4 boxeadores que fueron a Panamá para participar en un clasificatorio para los Juegos Panamericanos y, sin embargo, nunca llevó el documento a la agencia de viajes.
Al regreso, Luna presentó una rendición de cuentas que se consideró "inaceptable" y luego pagó US$ 2.800, pero aún está debiendo 5.000.