CIUDAD DEL ESTE | JOSÉ GALLO
Los domingos tienen algún poder mágico que hace que todo sea diferente. No importa si se está paseando por la rambla de Montevideo o si se está de compras por el centro de Ciudad del Este.
Ese hormiguero de vendedores, moto-taxis, tiendas, shoppings y compradores, donde todo tiene su lugar excepto el aire fresco, parece un lugar diferente en el séptimo día de la semana.
No es que, como en la Biblia, se dedique aquí al descanso, pero la menor cantidad de tiendas (ambulantes y fijas) abiertas y la mayoría absoluta de compradores brasileños, le da un toque más organizado y civilizado al corazón de esta ciudad-shopping.
En medio del portugués dominante, tanto entre turistas como locatarios, 19 de los 20 juveniles que integran este plantel celeste (Juan Manuel Díaz se quedó en el hotel porque el esguince le molestaba mucho para caminar), se paseaban de tienda en tienda buscando adquirir todos los artilugios electrónicos posibles.
También hay lugar para los championes, valijas o algo de ropa, pero son los celulares, reproductores de MP3, cámaras digitales y filmadoras, las que ocupan el lugar más grande dentro de las bolsas que portan los futbolistas.
El viaje inicial tenía como destino las Cataratas del Iguazú, lugar turístico por excelencia dentro de esta zona, pero problemas burocráticos y económicos le cortaron varios kilómetros al viaje, aunque no hubo mucha queja de parte de los jóvenes.
El que venía más cargado era Elías Ricardo Figueroa, quien portaba varias bolsas que le daban una imagen de un Papá Noel venido a menos, en barba, barriga y calidad de transporte.
Sin embargo, el contenido era tan bueno como el del hombre que baja por las chimeneas cada 25 de diciembre: Figueroa llevaba allí varios pares de zapatos y algunas otras prendas que irán a parar a los cuerpos y los pies de chicos del barrio Casablanca de Paysandú, lugar en que nació el delantero de Liverpool.