MANCHESTER | EDWARD PIÑÓN
Los uruguayos cantan, saltan y agitan la previa del estreno olímpico. Los senegaleses se suman al jolgorio. Las británicas quieren fotos con los muchachos del papi fútbol del Seminario, porque con sus camisetas forman el nombre de Suárez. La barra de Canelones despliega su enorme trapo frente a la entrada de Old Trafford y más cámaras fotográficas van hacia ese lugar.
Es Manchester, parece Montevideo. Hay aire canario, salteño, de Las Piedras. Hay aroma a Solymar, a Atlántida. Vinieron y se hacen notar. Están los que dejaron Londres hace un ratito, los que estaban de paseo por Europa y se tiraron a Manchester, los que cortaron el viaje para no perderse el debut de la más hermosa camiseta de todas. Los que vinieron de Dinamarca porque sus sangre es charrúa. Dominan los uruguayos con sus cánticos y el repertorio es amplio. No se muere todo en el típico "soy celeste", hay lugar para babosear a los hermanos del Plata, para avisar que "volveremos a ser campeones", para clamar por que "el Salta es de Uruguay".
Hay fuerza, entusiasmo sin par. Se copa el pub The Cloud. Ahí están Ignacio Gómez, Jorge González, Juan Curbelo, Martín Rodríguez y Agusto Gómez. Están enamorados de la Celeste y lo demuestran marcando el ritmo de un lugar. La gente se ríe, regala saludos y, como debe ser, utiliza sus celulares para registrar a la "banda saltando". Esos que un ratito antes armaron un picadito de fútbol en plena avenida, cortando el tránsito y divirtiéndose como niños grandes.
Están en Londres, en Wimbledon, y se vinieron en auto para no perderse el debut olímpico. Además, aseguran que en cuestión de horas su barra sufrirá un aporte importantísimo en lo que a gargantas se refiere: "El `Tata` González, Emiliano Alfaro, la `Tota` Lugano, el `Cebolla` Rodríguez y el `Faraón` Godín están haciendo todo para venirse".
La amplia explanada de Old Trafford va tomando color. Cada vez son más los uruguayos. Más banderas, más locos lindos. Con las caras pintadas, con el pelo celeste, como el de toda la familia Cetrulo. Alex, el padre, se trajo a sus hijos (que nacieron en Tenerife) desde el norte de Inglaterra. Y no hay lugar del cuerpo que les quede libre, en todo está presente Uruguay.
Los agentes aceptan a posar con sus tradicionales gorros ante los uruguayos que lucen pelucas de todos los colores posibles.
Juan Armellini, que hace seis años que vive en Manchester con Virginia Olivera, se llena de orgullo cuando habla de Uruguay. Agustín Estefanell, que está estudiando urbanismo desde hace un año en Inglaterra, revela que se moría de ganas de estar acá en Old Trafford y justo este día.
Y la ola oriental no se detiene. Diego Scotti, primo de los jugadores de fútbol, Juan Eduardo Martínez, también están embanderados de pies a cabeza. Sumándose a los coros que nacen espontáneamente ante las cámaras. Rodean a la de ESPN, le saltan, le cantan con alma y vida.
Jonathan Báez, que nació en Dinamarca, vino con su novia, también danesa, Cristina Petersen. "Cuando le diga a mi madre que estuve con El País", comenta emocionado. Ella habla poco español, pero entiende y al menos sabe decir "soy celeste".
Joaquín Olivera pide que se avise a sus amigos, a través del Twitter, que él estaba en el estadio. Y advierte que se tiene una fe ciega. "Después de este partido voy a recorrer algo de Europa, pero vuelvo para los cuartos y la final".
Lo apoyan Juan Vaglica e Ignacio De Haedo, el hijo de Javier, que está estudiando ingeniería y trabajando en un supermercado virtual.
Asoma Víctor Della Valle, está Alberto Taranto, llega Sebastián Panz y las presentaciones se cortan por un momento cuando meten todo el ruido del mundo los muchachos del Seminario. Luis Coria lleva la S en su pecho, Gabriel Giambruno la U, Leo Sosa la A, Miguel Palumbo la R, Gonzalo Estévez la E y Luis Ameigeira la Z. Forman el nombre de Suárez y se les van arriba.
Cantan todos, se mezclan con los senegaleses y la fiesta deja de ser uruguaya para convertirse en olímpica.
Vienen de Uruguay, de Europa, de varias ciudades británicas. Se unen, forman una familia muy grande. Están en Manchester. Nadie se acuerda de eso, si parece la previa de un partido en el Centenario.
BANDERAS
Los grandes están en todos lados
En las cabeceras de Old Trafford se colocaron banderas de varios países, la de Uruguay estaba a la izquierda de la de Gran Bretaña. En las tribunas, se vieron banderas de Uruguay, de Nacional y de Peñarol. Los jugadores uruguayos fueron a realizar sus ejercicios de calentamiento de frente a la tribuna principal, la razón es que ahí estaba el mayor número de compatriotas. Fue un lindo gesto de los futbolistas.
DIFERENCIA
Aplausos sólo para los árabes
Rock, pop, reggae. La música acompañó el calentamiento de los futbolistas de ambos equipos y también de los árbitros dentro del campo de juego del estadio del Manchester United. Un detalle no menor: cuando entraron los jugadores de Emiratos Árabes Unidos hubo aplausos y gritos, cuando lo hicieron los uruguayos los que festejaron solo fueron los celestes. La presencia de Suárez, molesta. problema de ellos.