Una "mueca" del Muñeco

Nacional hilvanó el tercer triunfo al hilo y su rendimiento se reflejó en la cara del técnico.

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Jorge Savia

Cauto, ubicado, sereno como casi siempre, cuando Abero metió el segundo cabezazo de gol, que fue el suyo, pues el el anterior había sido para que Medina convirtiera el primero, Gallardo se tocó el mentón con la punta de los dedos y, mirando hacia el banco donde estaban los restantes integrates del cuerpo técnico, esbozó una sonrisa leve.

Pareció un gesto de conformidad del "Muñeco". De complacencia; y, quizá, no sólo por el resultado, que a esa altura -71` y tal como se presentaba el encuentro- era prácticamente imposible que la insistencia ofensiva de El Tanque Sisley, que puso en apuros al fondo de Nacional varias veces, pudiera darlo vuelta.

Al entrenador tricolor le tiene también que haber "llenado el ojo" el funcionamiento del equipo ante un rival que venía en racha tras la asunción de Möller y fue más duro que otros ante los cuales Nacional se mostró más endeble.

Es que lo que ahora asoma como otra "banda del Parque", pero no de hinchas sino del "Muñeco", anoche tuvo que manejar varios recursos para salir el frente; y lo hizo con propiedad, hasta llegar a ese broche de oro que Boghossian con un taco, el "Chino" con un toque sutil y Viudez con un remate certero, pusieron para sellar el contundente 3 a 0.

De entrada Nacional, a través de los pases de Cabrera y las subidas de Núñez por el lateral, salió a circular por la derecha, como lo hizo últimamente; pero lo frenó un rival que le copó el medio y, jugando con línea de 3 atrás, pero apretado en 40 metros, a los 20` lo dejó en offside 5 veces.

Entonces, Nacional cambió de herramienta: siempre saliendo desde los pies inteligentes de Cabrera, apeló a los cambios de frente, por lo general de derecha a izquierda.

Así llegó el primer gol, pudo llegar otro cuando le hicieron un penal no cobrado a Abero y, con el mismo instrumento, "cayó" el 2° tanto de un equipo vivaz, dinámico, que buscó y tocó por abajo, ganó y definió por arriba y, más firme atrás que otras veces, le sacó una justa mueca de complacencia al "Muñeco".

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