Más tarde de lo previsto, la delegación uruguaya de ex futbolistas llegó a Caracas donde mañana a partir de las 20.30 de Uruguay estará enfrentando a su similar de Venezuela en un partido con fines benéficos. El proyecto impulsado por la Mutual de futbolistas busca construir 160 viviendas para ex jugadores que no pudieron cumplir con el sueño de una casa propia a lo largo de su carrera.
El viaje a Caracas, en un vuelo charter de la empresa Pluna, se demoró por la fuerte tormenta sobre Montevideo de la madrugada de ayer. El avión recién despegó de Carrasco a las 4.30, cuando estaba previsto partir a las 0.30. Con dos escalas de reaprovisionamiento de combustible, una en Santa Cruz de la Sierra y otra en Manaos, la delegación compuesta por deportistas, políticos y empresarios uruguayos arribó a Caracas sobre las 14.30 de Uruguay. Pero más allá de la imposibilidad de conciliar el buen sueño, el viaje se hizo por demás llevadero gracias a las habituales "locuras" del "Pato Celeste", que encontró eco en el ex jugador Mario Orta, quien incluso se encargó del servicio a bordo de los pasajeros durante el primer tramo.
Los mayores inconvenientes se dieron a la llegada al hotel, ya que hubo algunos problemas en la distribución de habitaciones y, como siempre, alguna maleta quedó por el camino. Pero el que se llevó la peor parte fue Fernando Kanapkis, quien perdió de vista un bolso personal y cuando lo encontró se llevó una ingrata sorpresa: 2.800 dólares y 6.000 pesos que había llevado a Venezuela ya no estaban. En cambio, encontró algunos billetes de 50 y 100 pesos uruguayos.
El cansancio por el viaje hizo que se suspendiera el reconocimiento del campo de juego. Oscar Aguirregaray fue elocuente al bajarse del avión: "Si querían que nos cansáramos, lo consiguieron".