Se le acabó la paz al "Zorro"

Ser la estrella del cotejo clásico le cambió la vida al juvenil Gonzalo Bueno

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DANIEL ROSA

"¿Quieren fama? La fama cuesta", decía por la década de 1980 el director de la academia de músicos y bailarines en la serie Fama. Gonzalo Bueno, el botija que con su velocidad y gol fue el artífice del triunfo de Nacional en el clásico, lo comprobó en carne propia. Su celular se quedó sin batería a primera hora de la tarde y las horas de sueño fueron pocas, porque entre que tuvo que madrugar para entrenar con la Sub 20 y que luego no paró de recibir llamados, casi que no pudo disfrutar su gran momento.

"Uno sabe bien lo que significa un clásico para la gente, así que esperaba que fuera así el día después. Sabía que iba a haber muchas repercusiones. Lo de la prensa me tomó un poco de sorpresa porque esta vez fue como demasiado. Me llamaron de muchos programas de radio y los atendí a todos porque es parte del fútbol. Voy a tratar de descansar un poco mañana (hoy). De a poco uno se va acostumbrando a convivir con esto de las cámaras y ya pasa a ser un poco normal", dice el "Zorro".

No puede ni salir a la vereda de su casa en el Buceo, porque ahí mismo, donde creció y jugó con sus amigos del barrio, apenas lo ven los vecinos le empiezan a gritar cosas y él responde con una sonrisa tímida. Para la sesión de fotos con El País varias personas se asomaron a los balcones para gastarle alguna broma, incluidos los de la pizzería de la esquina. El dueño es "bolso", pero los amigos que paraban ayer a la tarde justo eran "manyas". Igual, no tuvieron problemas y se hicieron una foto con Gonzalo.

"El barrio está alterado. Los vecinos vinieron enseguida a saludarlo. Ayer la casa estaba llena", contó papá Gustavo, que recién había vuelto de Los Céspedes donde había entrenado a los juveniles.

Saludo. El "Zorro" no tuvo tiempo ni siquiera de prender la computadora, donde está seguro que recibirá un mensaje de un amigo muy especial con el que hizo todas las juveniles: Nicolás López. "Antes del clásico me deseó suerte, porque iba a ver a la Roma contra Lecce a la misma hora del partido y no podía mirarlo. Lo más seguro es que me haya escrito algo en Facebook, pero todavía no he podido entrar porque no tuve tiempo".

A los 18 años (16 de enero de 1993), Bueno comprobó que "para la gente el clásico es el partido del campeonato. Por más que uno gane todos los juegos anteriores, el que se espera es este para ganar y agarrar `de pinta` al del otro equipo. Y cuando te llegan los mensajes, los llamados o te cruzás con la gente uno comienza a darse cuenta de lo importante que es ganar un clásico".

sabor especial. Gonzalo siempre se destacó en juveniles, pero nunca había podido anotar un gol en un clásico. Era una materia pendiente que vino a concretarla justo en su debut ante Peñarol en Primera. Pero no sólo por eso lo disfrutó. "A uno siempre le gusta ganar un clásico, pero tiene un sabor muy especial cuando mirás hacia el costado y ves a los que fueron compañeros tuyos por años y con quienes entrenabas todos los días en Los Céspedes. El `Vampiro` (Torres), Renato (César), el `Facu` (Píriz) y `Pochola` (Calzada), que subieron antes que nosotros, todos hicieron los mismos sacrificios que yo y por eso uno lo disfruto más", cuenta. Y apunta: "Esto que me pasó a mí le puede pasar a cualquier juvenil, porque se está trabajando muy bien abajo en Nacional. El otro día en el equipo éramos siete u ocho jugadores de la cantera".

Hace un par de semanas Bueno confesó a El País que su sueño era jugar el clásico. Se le hizo realidad y hasta superó sus expectativas. "No me imaginé nunca que se iba a dar así. Todavía no puedo creerlo". Su citación a la Sub 20 le impidió reencontrarse con sus compañeros ayer a la tarde en Los Céspedes y recién los verá mañana. "Estoy deseando volver a verme con ellos para seguir hablando del clásico y continuar disfrutando".

Gonzalo Bueno ya es una realidad en Nacional. Ha nacido un crack.

Peralta faltó sin aviso

Nacional volvió ayer a la tarde a los entrenamientos y Horacio Peralta no se hizo presente, lo cual generó todo tipo de suspicacias. Si bien desde el entorno del futbolista se informó que volvió a hacer fiebre durante todo el día, razón por la cual no salió de su casa, lo que llama la atención es que no avisó. "Lo estaba esperando, pero como no vino, me voy", dijo el gerente deportivo Daniel Enríquez cuando se retiraba de Los Céspedes. Por cierto, había prevista una reunión entre ambos para aclarar algunas cosas que pasaron antes del clásico, ya que Peralta no jugó por fiebre y quedó molesto. El que sí concurrió fue Alexander Medina, ya repuesto del mareo del domingo.

Ve un cierre de torneo difícil

"Yo estoy tranquilo. De repente ahora que hice el gol en el clásico y que vengo teniendo más minutos en el equipo me conocen más, pero lo tomo con la misma responsabilidad de siempre", dice Gonzalo, que por cierto durante la charla da la sensación de tener una madurez superior a sus 18 años. "Voy partido a partido, pensando en hacer lo mejor y sobre todo en ganar los dos que nos quedan, que no van a ser nada sencillos. Tenemos un fixture bastante complicado, con dos equipos como Wanderers y Liverpool que le ganaron a Peñarol. No digo que no podemos ganarles ni que no seremos campeones, pero me parece que Danubio tiene partidos más accesibles que nosotros". La Franja, con 26 puntos igual que Nacional, cerrará el Apertura ante Cerro Largo en Melo y frente a Bella Vista en Jardines.

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