Se fue el gran Roque Máspoli

El fútbol uruguayo está de duelo. La pelota llora otra perdida irreparable. Es que Roque Gastón Máspoli partió al cielo.

El corazón no pudo ganar la última gran batalla y allá en el cielo le esperan sus viejos amigos de la gesta de Maracaná. El gran Roque, el de la cara buena y noble, el del gesto amigable, el del diálogo franco y auténtico, nos dejó para siempre, aunque difícilmente se olvide su legado. Ese que lo ubica en un alto pedestal.

Porque Máspoli fue, y a no dudarlo, uno de los jugadores y entrenadores más laureados del fútbol uruguayo. Además de su notable participación en la conquista mundial de 1950, en la que desde el arco cimentó el triunfo que el mundo todavía venera, Máspoli incorporó a su rico historial deportivo infinidad de triunfos y campeonatos.

Nació en Montevideo en 1917 y a los 16 años defendió a Nacional. Después pasó a Liverpool y de ahí a Peñarol. Allí desarrolló toda su carrera de futbolista, 15 años en total. Ganó ocho títulos del campeonato uruguayo y formó parte de equipos inolvidables, como la máquina del 49.

Máspoli fue el arquero de Uruguay en el Mundial de 1954, en el que los celestes terminaron en la cuarta posición y protagonizaron un inolvidable partido contra Hungría, bautizado por aquellos tiempos como el "duelo del siglo".

Al año siguiente colgó los botines y emprendió una larga y exitosa carrera como técnico. Fue el conductor de Danubio, River Plate, Elche, Olimpia de Paraguay, Sporting Cristal, Barcelona de Ecuador y la selección de uruguaya. Obviamente, la historia volvió a favorecerlo enormemente con "su Peñarol". Dirigiendo a los aurinegros obtuvo cinco campeonatos uruguayos, la Copa Libertadores de 1966 y la Copa Intercontinental de ese mismo año nada menos que frente al Real Madrid.

Al frente del combinado celeste obtuvo el Mundialito de 1981, certamen que reunió a cinco campeones del mundo y a Holanda, la sensación de aquellos tiempos. En 1990 fue nombrado presidente de la Asociación de Entrenadores, entidad que, en 1997, le pidió que se hiciera cargo de la selección uruguaya para intentar conseguir la clasificación para el Mundial de Francia, lo que finalmente no consiguió.

Se fue Roque. Y el fútbol uruguayo está de duelo.