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Rosa Luna y Cubilla: encuentro tricolor durante el desfile

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Rosa Luna y Cubilla

Tibio febrero de siestas musiqueras, cantaba El Sabalero. El segundo mes de 2017 encuentra al Carnaval en pleno desarrollo, incluso antes que el almanaque lo haga oficial con sus fechas en rojo. Y así ocurría también en 1972.

Entre las tradiciones siempre figuró el desfile de los conjuntos por la avenida 18 de Julio. Y entre los artistas más destacados, Rosa Luna —con su rotunda figura y personalidad exuberante— aparecía con un papel imposible de resultar inadvertido.

Lo singular de aquel desfile de 1972 fue que entre el público se encontraba Luis Cubilla, entonces en la cúspide de su fama. Era campeón uruguayo, de América y del mundo con Nacional, luego de haberlo sido con Peñarol. Y por su forma de jugar, también un artista de la pelota.

Rosa Luna era además una notoria fanática de Nacional, por lo cual enseguida fue a saludar al futbolista, provocando el revuelo entre el público cercano y la corrida de los fotógrafos.

"Alentaba ídolos como Ciengramos, Atilio y Walter Gómez. La garra del Mono Gambetta. Más adelante amigos: Cococho, Baeza, el Cala Méndez, Eliseo Alvarez. El Loco Pepito Urruzmendi (compañero de baile), el Tornillo Viera, el Peta Ubiña. Cascarilla, Palito Mamelli, Roberto Sosa", evocó ella en su libro Sin tanga y sin tongo. Empezó a seguir a los tricolores a los diez años, desde la tribuna Amsterdam, y de grande los acompañó incluso en partidos en el exterior.

Nacida Rosa Amelia Luna en el conventillo Medio Mundo (1939), luego de una infancia de privaciones y una juventud no menos difícil, se convirtió en referente del candombe. Ganó 20 primeros premios en el concurso oficial con las comparsas Morenada, Fantasía Negra y Serenata Africana. Pero su actuación no se limitó al baile: también luchó contra la discriminación y por la condición de la mujer. Falleció en 1993, todavía joven, durante una gira artística por Canadá. El cortejo fúnebre pasó frente a la sede de Nacional para una última llamada.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Rosa Luna y Cubilla

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