La polémica del fin de semana se dio en el Parque Palermo. Allí, en el minuto 90, Mathías Riquero rompió la red con un fortísimo disparo.
La pelota entró por el costado izquierdo del arco y el línea Álvaro Díaz señaló la mitad de la cancha. Freddy De Seja, el árbitro, observó a su asistente y marcó el centro del mediocampo.
¡Para qué! Todo Central Español se le fue encima. Después de seis minutos de idas y vueltas, el gol no se convalidó.
"Me alegró que el árbitro no lo validara. Por él y por los jugadores de Central. Yo lo festejé porque vi que el línea marcaba el gol, levanté los brazos y salí corriendo.
Pero no fue gol, esa es la verdad. La pelota entró por un hueco. Menos mal que no lo cobró, hubiese sido feo para todos", dijo el volante negriazul. Diez puntos.