La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) presentó a Marcelo Bielsa como nuevo técnico celeste y el ambiente del fútbol, no solo en este país, se estremeció. El acontecimiento superó ampliamente lo ocurrido en las presentaciones de sus antecesores en el cargo; habrá que ver cómo sigue su historia.

¿Qué dice el archivo sobre las llegadas de Daniel Passarella, Juan Ramón Carrasco y Óscar Tabárez? Se trata de los últimos tres casos de entrenadores contratados para la selección con amplias expectativas y sin las urgencias de otros de sus colegas, como ocurrió Víctor Púa, Jorge Fossati o Diego Alonso.

El desembarco de Daniel Passarella en la selección fue una noticia largamente anunciada, aunque en un principio se la recibió con escepticismo por dos razones: se trataba de un entrenador extranjero para el equipo nacional, algo que jamás había ocurrido, y además, su contratación fue promovida por Paco Casal y la empresa Tenfield. El País había informado sobre ese interés ya el 22 de mayo de 1998, bajo el título “Vayan rapándose” (en referencia a que cuando dirigió a Argentina reclamó a sus jugadores que usaran el pelo corto), pero durante un tiempo no se habló más del tema.

En febrero de 1999, Figueredo y otros dirigentes de la AUF se reunieron con Passarella en su casa de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, para negociar su incorporación. Hubo acuerdo, pero la confirmación tuvo que esperar hasta mayo porque la AUF pretendía que empresas patrocinantes cubrieran la diferencia entre lo que podía pagar la AUF y lo que iba a cobrar el cuerpo técnico. Esa diferencia la terminó cubriendo Tenfield.

Foto: archivo El País.

El 16 de abril, por fin, Passarella visitó la AUF junto a sus colaboradores Alejandro Sabella y Alejandro Kohan para firmar el contrato. Luego ofreció una conferencia en el Victoria Plaza Hotel (hoy Radisson). “El objetivo principal de mi venida a Uruguay conjuga con el de los dirigentes de la AUF y es la clasificación para la Copa del Mundo del 2002”, dijo.

Aseguró además que había rechazado ofertas de clubes importantes porque advirtió “la seriedad del proyecto” de la Asociación. Recordó que el vínculo había nacido de una idea de Casal, mencionó que cuando dirigió a Argentina no pudo ganarle a Uruguay por las Eliminatorias y explicó las razones de su llegada: “Quería un proyecto importante en la parte deportiva y en la económica. Uruguay me brinda todo eso y además no estoy lejos de mi familia”.

Al día siguiente estuvo en el Estadio Centenario para ver el triunfo de Nacional sobre Liverpool por 4-0. Y el día 17 recorrió Carrasco para elegir una casa para alquilar. También recibió llamadas de los entonces presidentes de Uruguay y Argentina, Julio Sanguinetti y Carlos Menem, para desearle suerte.

Foto: archivo El País.

Tras volver a Argentina, a comienzos de mayo visitó la Posta del Lago en Maldonado, el lugar de concentración elegido para iniciar los trabajos. Le gustó, pero pidió que le agregaran una sala de juegos, un jacuzzi y una cancha de bochas. También recorrió el Campus.

Por falta de tiempo para trabajar prefirió no dirigir al equipo en la Copa de América de Paraguay, que se jugaría julio de ese año; la tarea fue encomendada a Víctor Púa, por entonces conductor del Sub 20. Passarella se sentó en el banco celeste por primera vez el 18 de agosto de 1999, en el partido Uruguay 5-4 Costa Rica.

Juan Ramón Carrasco se convirtió en el favorito para dirigir a Uruguay luego que su Fénix goleara al Cruz Azul mexicano por la Copa Libertadores 2003, aunque la decisión de la AUF se mantuvo en relativa reserva. Muchos sospecharon que ya estaba resuelto a mediados de abril de ese año, cuando juntó a los jugadores del albivioleta con toda la pinta de una despedida.

El 23 de abril Carrasco llegó a la AUF con su representante Luis Torena para firmar el contrato. Lo recibió el cuerpo de neutrales, encabezado todavía por Eugenio Figueredo. “Es un sueño que se hizo realidad. Les digo que tengan la tranquilidad de que voy a responder a todas las expectativas”, dijo.

“Cuando me vaya quiero que me digan: ‘gracias por hacerme disfrutar tanto’”, dijo al retirarse del local.

El 30 de abril tuvo una reunión con el entonces presidente Jorge Batlle. Al salir, comparó las personalidades de ambos: “Somos frontales y lo que decimos lo llevamos a la práctica”.

Foto: archivo El País.

Fiel a su estilo impredecible, ya en el primer entrenamiento, el 6 de mayo en el Complejo Celeste, le negó el acceso a la prensa pese a que fue solo un partido entre titulares y suplentes. La práctica se extendió mucho más de lo anunciado, por lo cual la conferencia de prensa prevista también se demoró. Ya frente a los periodistas siguió siendo JR:

–¿Cuáles fueron tus primeras palabras ante los futbolistas? – preguntó uno.

–Bienvenidos– respondió.

–¿Cómo jugaron los titulares?

–Con 11 jugadores.

Después el diálogo se hizo más fluido. Y explicó que cerró la práctica “por una razón de privacidad”. “No es por maldad de ustedes pero capaz que para las Eliminatorias le cuentan a un brasileño, un argentino o un colombiano cosas elaboradas que parecen ser casualidad y no lo son”, aseguró.

Su estreno celeste se registró el 8 de junio de 2003, con un triunfo sobre Corea del Sur en Seúl por 2 a 0.

Cuando Óscar Tabárez firmó por segunda vez como técnico de la selección, el 8 de marzo de 2006, muchos pronosticaban que duraría poco en el cargo. El presidente de la AUF que lo designó, nuevamente Eugenio Figueredo, estaba a punto de renunciar, rechazado por varios clubes y por el propio gobierno del Frente Amplio. También el vicepresidente Daniel Pastorini era cuestionado por Peñarol y Nacional. Ante esto, Figueredo hizo un comentario descarnado: “Si nosotros nos vamos y el Ejecutivo que viene no lo quiere, lo echa y punto”.

Luego que Figueredo anunciara a los clubes la decisión de contratarlo durante una especie de asamblea el día 6, aquel 8 de marzo se hizo la presentación del entrenador ante los neutrales, varios presidentes de clubes (aunque no de los grandes, ni tampoco representantes de Tenfield según se observó) y jerarcas del entonces Ministerio de Turismo y Deportes. En ambas ocasiones se presentó el plan elaborado por Tabárez denominado “Institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales”. En ese sentido, el técnico comentó: “El trabajo será idéntico para todas las selecciones. Creo que es la única manera de elegir y preparar a los jugadores. En función de los posibles mejoramientos técnicos, no podemos descuidar aspectos de la formación personal, como pueden ser el desarraigo o entorpecer sus estudios y sus accesos al universo cultural”.

Foto: archivo El País.

“Las selecciones nacionales son el único ámbito donde debemos y podemos aspirar a lograr un fútbol diferente al local”, expresó ese día Tabárez, quien dijo que si le hubieran ofrecido el cargo en las mismas condiciones que en su primer pasaje, en 1988-1990, “hubiera dicho que no”.

“No pido piedad pero pido que haya gente que crea en este proyecto. Y pido un compás de espera para ver los resultados. Me siento optimista”, afirmó.

El primer partido de la segunda era Tabárez se jugó el 21 de mayo de 2006 en el Giant Stadium de Nueva Jersey: Uruguay venció a Irlanda del Norte por 1 a 0.