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Nacional logró el título del Intermedio, pero sobre todo un gran alivio

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Nacional celebra el título del Torneo Intermedio con el trofeo. Foto: Marcelo Bonjour.

CAMPEONATO URUGUAYO

Luego de un cierre complicado de 2020, el tricolor precisaba un resultado importante en el inicio del año y lo logró, aunque sin jugar bien ni convencer.

Yo la tiro y por ahí hay alguien que lo recoja: final que termina 0-0 luego de 120 minutos se da por nula y el título queda vacante. Quizás sea injusto, porque jugar una final es el premio de haber hecho una buena campaña, pero de repente eso ayuda a que los finalistas tengan un poco más de ambición. Algo que no se vio en la final del Torneo Intermedio entre Nacional y Wanderers.

Nacional es campeón del Torneo Intermedio y eso es un hecho. Logró el tercer título de este torneo en cuatro ediciones luego de 120 minutos soporíferos, hasta por momentos irritantes, y de una tanda de penales (4-1) en la que fue más efectivo que Wanderers, que en esa definición terminó de confirmar la imagen paupérrima que dio durante todo el juego.

De no haber sido por cinco atajadas monumentales de Ignacio de Arruabarrena, el tricolor debió haberse llevado la victoria en los 90 o 120 minutos. Pero cuidado, que esto no vaya a sonar como que fue muy superior, sino que simplemente culminó mejor las jugadas de peligro que generó.

Para Nacional —y especialmente para el técnico Jorge Giordano— era fundamental comenzar el 2021 sin perder la final, porque de lo contrario el Clausura que se iniciará mañana sería un grillete pesado de llevar en cada fecha.

Nacional no es el campeón del Intermedio por haber sido más ambicioso, sino por haber sido más preciso en el lanzamiento de penales. Pero es preocupante la escasa generación de fútbol del tricolor.

Alfonso Trezza y Leonardo Pais
Alfonso Trezza intenta escapar a la marca de Leonardo Pais. Foto: Marcelo Bonjour

Se podrá decir que era el primer partido del año, que se viene de unas minivacaciones y que la presión luego de las tres derrotas de las que venía el equipo (dos duras por Libertadores ante River Plate y la del clásico por el Intermedio) también hizo su parte, pero el último partido que disputaron fue hace menos de un mes; no es que pasaron 30 días de vacaciones y otros tantos de pretemporada. Y la imagen que dejó Nacional fue similar a la de los partidos anteriores: no tiene desborde, no tiene cambio de ritmo, no pone pases filtrados ni alimenta a sus delanteros de pelotas de gol. Algo tendrá que hacer Giordano para darle más peso ofensivo al equipo, porque avanzó a cuartos de final de la Copa y logró este título luego de empates sin goles y penales.

¿Es responsabilidad del técnico? No exclusivamente. Los jugadores también tienen su cuota parte de culpa, porque es inconcebible que sean incapaces de encarar y sacarse a un rival de encima. Y este último concepto corre también para los de Wanderers, que cuando se pusieron uno contra uno se dieron de frente contra el rival.

Gonzalo Bergessio es letal de frente al arco, pero en este Nacional juega más tiempo de espaldas que mirando al arquero contrario. Igual siempre se las ingenia para sacar algo, porque le dejó un gol servido a Emiliano Villar que evitó De Arruabarrena (68’), metió un cabezazo que hizo volar al arquero bohemio (72’) y sacó un tiro cruzado que arañó el vertical (114’). Sin embargo, es inadmisible que la primera vez que le pusieron una pelota de gol fue a los 66’ y fue su ayer compañero de ataque, Villar. Es decir: los mediocampistas y los laterales no le hicieron el juego.

Lo mejor de Nacional fue su zaga, porque Guzmán Corujo y Renzo Orihuela jugaron un gran partido, imponiéndose en los mano a mano, anticipando el juego rival, cortando líneas de pases, ganando en velocidad para hacer buenos cierres y dominando el juego aéreo.

Así como De Arruabarrena sostuvo el cero en el arco bohemio, Corujo y Orihuela mantuvieron a Nacional hasta los penales. Del resto se encargó la eficacia de los ejecutantes y la noche consagratoria del juvenil arquero Guillermo Centurión, quien debutó oficialmente —en una final— y puso sus manos para un nuevo título de Nacional. Así como fue héroe en un clásico de Séptima División en 2015 con un gol de arco a arco, ahora lo fue en el equipo principal.

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