Nacional hizo historia en España

Los tricolores ganaron el primer clásico jugado en Europa y extendieron su paternidad sobre Peñarol

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Edward Piñon | España (Enviado)

LA CORUÑA

La fecha del 14 de agosto de 2005 quedará guardada por siempre en los libros de historia de los enfrentamientos clásicos y mientras Nacional la evocará con el sabor de haber confirmado su hegemonía sobre su eterno rival, Peñarol la sufrirá hasta el momento que, quizás por otro torneo europeo, se vuelvan a ver las caras.

En la casa del "Depor", el bolso no hizo otra cosa que ratificar el dominio que viene teniendo sobre el aurinegro y justamente en el día que se inauguraba sus enfrentamientos en campos europeos.

Lo de Nacional ayer, por otra parte, fue también la ratificación de que su plantel está dotado de jugadores que nacieron para estas contiendas y que deberán registrarse todavía algunas bajas más para que el ciclo victorioso se le corte.

Y fue ese el elemento que sustentó otra imposición tricolor, porque incluso el equipo carbonero había arrancado mejor que los bolsos. Con la manija de Marcelo Tejera metiendo pases a las espaldas de Vanzini y Oscar Morales, para que se filtraran Guglielmone o Apellaniz, Peñarol comenzó a tejer una sucesión de jugadas que amenazaron con provocar un derrumbe defensivo en el rival de enfrente.

Las manos de Jorge Bava, en dos oportunidades, impidieron que la supremacía futbolística se trasuntara en el marcador y, por contrapartida, los tricolores no fueron tan benévolos como sus enemigos íntimos.

Una filtración de Gabriel Alvez por derecha y un remate de izquierda de Diego Jaume, abrió el marcador justo en el momento que Nacional parecía estar a punto de caramelo para Peñarol.

El gol, como siempre suele suceder, cambió todas las estrategias y tácticas. A Nacional comenzaron a salirle mejor las cosas, mientras que Peñarol empezó a chocar contra un bloque defensivo que hizo desaparecer las pequeñas filtraciones que les habían encontrado. Con la tarea superlativa de Oscar Morales en el medio y la tremenda firmeza de Jaume, Nacional le reventó la puerta contra la nariz a Peñarol. Lo dejó tocar y lo mató cuando le robó la pelota para pasar al ataque.

El golazo de tiro libre de Juan Albín, además, ya anunció que la mano venía bravísima para los hombres de Morena.

Con el tanteador a su favor y con Gabriel Alvez corriendo como un tren bala, el equipo albo metió una media hora demoledora.

La diferencia se amplió a tres tantos, como consecuencia del gol de penal de Alvez por la infracción cometida por Pierre a "OJ" y todavía pudo ser aún mayor, porque las oportunidades para incrementar la goleada se fueron presentando en cada acción de la ofensiva tricolor.

Liquidado en todo sentido, Peñarol quedó regalado al contragolpe, pero dio lucha y no corrió con mejor suerte porque Bava se convirtió en tremenda figura.

Al final vino el descuento del argentino Russo y más tarde el empate en la definición por penales (4-4), pero ya nada podía borrar que un 14 de agosto de 2005 Nacional derrotó a Peñarol por la Copa Teresa Herrera y que estiró su racha positiva en las contiendas clásicos. Por ser el primer clásico en Europa y por jugarse en la cancha del Deportivo La Coruña, lo recordarán Depor vida.

Los debutantes

JAUME

Otro de gran faena. Vivo y veloz para anticipar a Guglielmone, participativo en el orden defensivo y autor del primer gol.

VANZINI

Bien ubicado, efectivo para cortar juego del rival, inteligente para buscar al compañero mejor ubicado y firme en el juego aéreo.

SUAREZ

Puso entusiasmo, pero no participó mucho del juego.

SILVA

Estuvo pocos minutos en la cancha.

FLORES

En el primer gol la pelota le pasó por debajo de su cuerpo, después no tuvo responsabilidad en los otros y más tarde evitó alguno más.

RAMIREZ

Insinuó, pero al final cada uno de sus intentos terminaron en los pies de los rivales o con la pelota afuera.

MÖLLER

No anduvo muy bien y terminó jugando regalado porque cometió una infracción que mereció la tarjeta roja.

FADEUILLE

En los primeros minutos se mostró sólido y atento, lentamente fue perdiendo peso y terminó siendo intrascendente.

GUGLIELMONE

Metió como un caballo, pero no fue suficiente.

DIEGO RODRIGUEZ

Bien controlado.

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