Nacional mostró su carta de intenciones al mando de Jadson Viera, pero no le alcanzó para romper el bloque defensivo que le planteó Cerro y todo finalizó igualado 0-0 en el Centenario.
El sello de la posesión de pelota lo tuvo. Priorizó la salida de Luis Mejía con los pies y, desde ese momento, Diego Romero y Nicolás Rodríguez se ubicaban bien abiertos sobre la zona de volantes para ganar metros a la hora de recibir. Pero le faltó generar sorpresa para lastimar.
Christian Oliva fue el encargado de hacer circular la pelota, pero en el esquema del tricolor los extremos son claves y no tuvieron el desparpajo que el equipo requería. Lucas Villalba estuvo bien controlado por Mathías Suárez y no estuvo fino en el último tercio, lo que en una ocasión ofensiva despertó la molestia de la hinchada.
Por izquierda gestaron situaciones interesantes cuando Luciano Boggio logró conectar con Juan Cruz de los Santos, que envió centros punzantes, e incluso sirvió por derecha un pase para el remate peligroso del Ojito Rodríguez.
Al detectar que no le llegaban pelotas de gol, Maxi Gómez retrocedió unos metros para recibir y pivotear. Lo hizo con eficacia y Nacional instaló la sensación de peligro sobre el arco de Renzo Bacchia, pero le faltó precisión en el último tercio.
Ya en el arranque del complemento intercambiaron golpe por golpe. El Bolso la armó por derecha entre Boggio y Villalba, Gómez la bajó tras recibir el centro y Nicolás Lodeiro remató cerca del ángulo derecho.
Pero los de Tabaré Silva demostraron por qué pelearon hasta último momento por el boleto a la próxima Sudamericana. Tuvieron la capacidad de construir desde la fortaleza defensiva y generaron sobresaltos en Nacional. Primero con un cabezazo de Alejo Macelli que sacó justo Diego Romero, y después con un remate fulminante de Enzo Larrosa que despejó Mejía.
A Nacional no se le puede achacar que no lo intentó. Puso al Diente López de mediapunta y generó algún remate de media distancia, pero hubo tres ingresos que no cumplieron con la expectativa: Rómulo Otero, Christian Ebere y Juan Pablo Patiño, que estuvo muy errático y fue reprobado por los fanáticos al igual que el venezolano.
Lo más peligroso fue un cabezazo de Gonzalo Carneiro cuando el hincha tricolor reclamaba ganar y el nerviosismo se había apoderado del juego. Le alcanza con un empate en la última para abrochar la Anual, pero una vez más postergó una alegría necesaria y jugando 21‘ con uno más.
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