SILVIA PEREZ
Ayer Peñarol trabajó en doble horario y Luis Garisto se metió en la cancha.
La observación de jugadores quedó atrás y el técnico puso manos a la obra. El grupo se partió en dos y mientras 18 futbolistas trabajaban con Mario Saralegui en una de las canchas de Los Aromos, Garisto, el profesor Matonte y Olivera lo hacían en la otra con los 23 jugadores que quedaron conformando el plantel principal. En el mencionado grupo ya no están ni Alvaro Alonso ni Mario Leguizamón que quedaron libres. Ambos habían participado de los trabajos la semana anterior, pero el sábado, en la última jornada de evaluación, se les comunicó que no serían tenidos en cuenta.
Tanto por la mañana como por la tarde, el trabajo consistió en un movimiento táctico ordenado por el entrenador y una evaluación física a cargo del preparador físico y del doctor Alfredo Rienzi.
En el trabajo táctico los jugadores se movieron en bloques por puestos pero sin pelota. Debían cubrir diferentes sectores de la cancha según las órdenes de Garisto y Olivera. Se hizo hincapié en la subida de los laterales y en los relevos. "¡Hay que trabajar en equipo, si uno va el otro se queda!", ordenaba constantemente el nuevo entrenador aurinegro.
EQUIPO. Si bien Garisto aún mantiene alguna duda, los once hombres que saldrán el jueves por la noche al campo en Maldonado para enfrentar a Nacional serán: Claudio Flores; Jorge Cazulo, Luiz Nunes, Félix García o Ricardo Möller y Bryan Winsker; Paolo Ferreira, Fernando Fadeuille, Juan Blanco y Diego Rodríguez; el "Betito" Acosta como enganche y Walter Guglielmone de punta. "Pongo un equipo para cuidarnos", dijo bromeando Garisto a propósito de que encaraba el clásico con un solo hombre en el ataque. El técnico sabe que tanto Alberto Acosta como Paolo Ferreira y Diego Rodríguez van a acompañar a Guglielmone en la ofensiva y también confía en las subidas de los laterales Cazulo y Bryan Winsker.
YO-YO. Luego del trabajo táctico los futbolistas pasaron a la cancha auxiliar donde fueron divididos en dos grupos y sometidos al test del Yo-yo. El mismo, que fue inventado por un médico danés, permite medir la resistencia aeróbica específica del fútbol. El doctor Rienzi explicó que el esfuerzo que se realiza en el test de Yo-yo es equivalente al que se hace en un partido y aunque se trata de una prueba muy sencilla, permite sacar una cantidad de conclusiones que luego serán fundamentales para planificar los diferentes entrenamientos.
En el primer grupo los que mejor respondieron al mencionado test fueron Ronald Ramírez, Alberto Acosta y Paolo Ferreira, mientras que en el segundo grupo el de mayor resistencia fue Matías Pérez, uno de los juveniles ascendidos al plantel principal. Segun Rienzi, los resultados del test fueron los normales, teniendo en cuenta el momento en que se encuentran los futbolistas, volviendo al trabajo después de las vacaciones.
CONCENTRAN. Hoy volverán a trabajar en doble horario y por la mañana se continuará con las evaluaciones. Mañana entrenarán en horario simple por la tarde y quedrán concentrados. El jueves en horas de la tarde partirán hacia Maldonado.
La táctica
Mientras los futbolistas realizaban el test del Yo-yo, Garisto colocó una cantidad de piedritas en una botella vacía. "Es una metodología para explicarle a los jugadores que todos tienen que defender y que atacar", explicó mientras inclinaba la botella hacia arrriba y hacia abajo haciendo que las piedras se movieran todas en una u otra dirección.