Luces y sombras del mercado 2025 de Nacional: la figura que sorprendió y la estrella que no pudo brillar

El trofeo es el premio máximo para todo equipo y Nacional lo logró pese a ciertos altibajos en el año, críticas y cambios de entrenador. Una base importante de lo conseguido por el Bolso fue el plantel que se conformó y dentro de él, las altas que tuvo el equipo que primero dirigió Martín Lasarte, luego Pablo Peirano y por último Jadson Viera, incluso con un breve interinato de Martín Ligüera.

Como ocurre en todos los clubes del mundo, las apuestas puedan salir bien y otras no tanto y Nacional no fue ajeno a ello porque encontró en varios de los jugadores que llegaron para esta temporada pilares que lo llevaron a la consagración.

Primero a Sebastián Coates, luego a Luis Mejía y en la gran final a Nicolás López. Así fue el camino de Julián Millán para ser elegido por los hinchas de Nacional como el jugador más destacado del año en la votación que el Bolso promocionó en sus redes y definió que el colombiano fue la figura del 2025.

Más allá de la opinión del hincha, que siempre está presente y hay que saber escuchar, la cancha también mostró que el nacido en Bugalagrande fue pieza fundamental en la temporada donde el tricolor se terminó quedando con la Liga AUF Uruguaya. Una prueba firme fue que disputó 46 de los 48 partidos posibles porque solo fue suplente en los encuentros por Copa AUF Uruguay (Huracán y Plaza Colonia) en la que los entrenadores suelen rotar el plantel.

Esto le valió ser el futbolista con más juegos del plantel y también -lo que no siempre va de la mano- el de más minutos ya que alcanzó los 4.155, promediando 90’ porque solo en cuatro no jugó todo el partido, pero hubo un par donde jugó 120’ y 117’ ya que fueron con alargue. Cuatro goles, tres asistencias y un promedio de 13 pelotas recuperadas por encuentro en el marco de la Liga AUF Uruguaya.

Foto: Leonardo Mainé.

Con el paso de los partidos se ganó su lugar en el lateral derecho y lo mantuvo gracias a un gran rendimiento. Atento en la marca, pero sobre todo importante cuando se proyectó al ataque para generar peligro lo que, por ejemplo, le valió cerrar el año con dos asistencias e incluso un gol. Le ganó la pulseada al colombino Hayen Palacios.

Foto: Leonardo Mainé.

Llegó cedido desde Deportivo Maldonado, al punto que ahora tuvo que volver al club fernandino que regresó a Primera División para 2026, pero nunca le pesó defender al Bolso, más allá de que se fue haciendo su lugar y se terminó quedando con la titularidad hacia mitad de año. Cerró la temporada con dos asistencias, una de ellas al Diente para ganar la Anual.

Foto: Estefanía Leal.

El motor del mediocampo. Jugó e hizo jugar al resto. Mucho de lo que se vio en Lanús -siendo un jugador mucho más maduro- se reflejó con la camiseta de Nacional. Gran complemento para Christian Oliva y peligroso cuando le tocaba soltarse al ataque, no en vano terminó el año con siete asistencias y cuatro goles convertidos.

Foto: Leonardo Mainé.

Un semestre, el último, le bastó para demostrar su valía dentro del plantel tricolor. Supo esperar su momento y cuando se lo dieron lo aprovechó jugando los últimos 10 partidos de la temporada. Como si eso fuera poco, en las finales terminó siendo muy importante en el triple “cinco” conformado con Christian Oliva y Luciano Boggio.

Foto: Leonardo Mainé.

Volvió al club a mitad de año con la ilusión de ser campeón y lo logró. Es cierto que sobre el final del Uruguayo tal vez no contó con gran cantidad de minutos, pero con titularidad fue muy importante aportando, por ejemplo, cinco asistencias en seis partidos precisamente en el momento en el que más minutos estuvo en cancha.

Foto: Estefanía Leal.

Dinamismo, desborde y velocidad por banda para el surgido en River Plate al que no pudieron pararlo ni siquiera ciertas lesiones que lo marginaron de algunos juegos. Estando bien físicamente marcó diferencia y los tres goles y una asistencia que sumó en 11 partidos, promediando 55 minutos por encuentro, demuestran que en 2026 puede repetir.

Foto: Leonardo Mainé.

A Nacional, con el Diente López, gol no le faltaba, pero en el momento en el que su máximo anotador se lesionó apareció el delantero sanducero para aportar lo suyo: festejos, pero también hacer el juego para el resto con su corpulencia. Nueve goles y cinco asistencias en apenas 18 partidos demostraron que fue una gran apuesta para el plantel.

Foto: Leonardo Mainé.

De todas maneras, en ese listado también hay otros jugadores que tuvieron un paso más discreto o que destacaron durante ciertos momentos sin transformarse en los protagonistas que el Bolso necesitaba.

En ese sentido, hay dos nombres que llaman mucho la atención como son los del venezolano Rómulo Otero y el chileno Eduardo Vargas. Llegaron como figuras internacionales, una carrera de lujo y hasta pasajes en sus selecciones.

Quien supo defender a la Vinotinto se mantiene en el plantel y pese a los 36 partidos en los que tuvo minutos y los cuatro goles y cuatro asistencias que aportó, dejó sabor a poco porque el hincha esperaba mucho de él. Solo cuatro veces completó los 90’ y dos de ellas fueron por Copa AUF.

Lo del atacante chileno fue una historia distinta porque rescindió su vínculo en julio sin poder demostrar lo que también se esperaba de un jugador de su calibre. Fueron 16 partidos y dos goles -uno de penal-tras llegar como finalista de Copa Libertadores con Atlético Mineiro y previo a recalar en Audax Italiano de su país.

Foto: @Nacional.

Distinto es el caso de Lucas Villalba que tuvo un primer semestre de novela, era figura de Nacional, destacaba con su velocidad y toda América tenía los ojos puestos en él, al punto que le llegaron ofertas -que no se cristalizaron- para disputar el Mundial de Clubes. Para el segundo semestre no pudo repetir lo hecho y perdió pie en el equipo. De cuatro goles y siete asistencias de enero a julio, a no participar en tantos hasta fin de año.

Luego aparecen los casos de varios futbolistas que no tuvieron los minutos que seguramente esperaban: por ejemplo, Yonatan Rodríguez y Matías de los Santos, de hecho el primero se marchó a mitad de año. También están los casos de los colombianos Juan Pablo Patiño y Hayen Palacios que perdieron los puestos con Ancheta y Romero. Por último, Lucas Morales, que volvió del préstamo y un buen primer semestre le valió salir a Olimpia.