"Llamáme más tarde, pelado", pidió "sotto voce" Jorge Chijane a las 19:00 horas de Uruguay, 18:00 de Brasil, cuando acá se descontaba la vuelta de Sebastián Abreu a Nacional, y él -su representante- seguía todavía ultimando detalles de la operación con la dirigencia del Botafogo en Rio de Janeiro.
Después continuaría bastante rato más, porque el "Loco" sacrificó mucho en el plano económico para concretar su regreso que, además, se redondeó en un día que para Nacional no fue cualquiera.
Aparte de que Abreu firmará contrato por dos años, como quería el club, pero contemplando el deseo del delantero, ya que habrá opción para que el vínculo se renueve por un tercero, también quedó arreglada ayer la incorporación de Iván Alonso, que llega por un año con cláusula de rescisión y obligatoriedad de resarcimiento de parte del jugador si se va antes de los 12 meses, y -por último- también se acordó la incorporación del zaguero colombiano Efraín Cortés, que ya hoy al mediodía está arribando a Montevideo.
"A lo Ache", podría decir quien conozca el "pedigree" dirigencial del nuevo presidente de una directiva que se reunió en la víspera y, entre otras decisiones, adoptó la del visto bueno a la renovación del contraro de Christian Núñez, que por tanto se reintegrará al entrenamiento, y -por el contrario- la de no hacer lo mismo con el vínculo con Jadson Viera, aunque con un compromiso verbal de parte de Nacional: como dejó de jugar por lesión y, seguramente, irá a Danubio, si demuestra que su nivel se mantiene, volverá en corto tiempo.