Liverpool con 6 puntos más

Maximiliano Montero recibió la llamada de Enrique Peña, su hijo Agustín no se animó

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SILVIA PÉREZ

El domingo tanto el público que estaba en el Parque Viera como los espectadores que veían el partido entre Wanderers y Liverpool por televisión se estremecieron con el golpe entre el negriazul Maximiliano Montero y el bohemio Agustín Peña. Montero llevó la peor parte, estuvo más de 20 minutos inconsciente, le dieron seis puntos de sutura en la cabeza y recuerda muy poco de lo que sucedió.

Ayer, se encontraba en su casa del barrio Casabó recibiendo los cuidados de su madre Lilian y su novia Mayra. Debe estar 48 horas en observación y mañana verá al médico de Liverpool con las tomografías que le realizaron y que fueron normales.

"Si le sumaran a Liverpool los seis puntos que me dieron en la cabeza, estaríamos primeros y solos en la tabla", dijo bromeando.

El domingo estuvo unas cuantas horas en la Médica Uruguaya en observación. "Me cauterizaron una vena que se me rompió y luego me suturaron arriba. Me pasaron un calmante por el dolor de cabeza, y me hicieron tomografías para estar seguro de que no tenía nada en la cabeza o en la columna. Fue una desgracia con suerte. Fijate que por cuatro centímetros no me dio en la sien", contó.

"El choque fue a los 8 minutos de juego y yo recuperé el conocimiento recién cuando iban 25 minutos. Recuerdo que en la camilla pregunté dónde estaba y qué me había pasado porque no tenía idea de nada. Después la doctora me preguntó si sabía que hora era y qué estaba haciendo y yo le dije que debían ser las 16:15, porque a esa hora se juegan los partidos. Se río y me dijo que era de mañana".

Montero tampoco recuerda prácticamente nada de lo sucedido antes. "De que salté con Peña no me acuerdo. La única jugada que recuerdo fue un cierre que le hice en el área nuestra a Corujo".

Agustín Peña no se atrevió a llamarlo, pero su padre, Enrique, lo hizo por él. "Fue un choque casual. Fuimos los dos a la pelota sin ninguna intención de lastimar al otro. No hubo codazos ni nada. Los dos fuimos con lealtad. Me llamó el padre de Agustín porque a él le daba vergüenza. Él pudo seguir jugando pero después también lo llevaron a la Médica. Por suerte los dos la sacamos regalada", reflexionó el joven de 21 años.

El domingo por la noche, Maximiliano vio la jugada por televisión. "La verdad, es impactante. ¡Impactante! Vi que intenté levantarme y no pude y que chorreaba sangre. Te puede decir mi madre, tenía la cabeza toda llena de sangre seca y dejé la camilla toda ensangrentada".

Sus padres y su novia estaban en la cancha. "No faltan nunca. Estaban con la hinchada de Wanderers, con mis abuelos paternos que son hinchas de Wanderers. Antes del partido estuve bromeando con ellos y les dije que les íbamos a ganar. Por suerte estaban ahí porque si lo hubieran visto por la tele la angustia hubiera sido mucho mayor".

Se enteró horas después cómo había terminado el partido. "El doctor que me dio el alta era hincha de Liverpool y me dijo que habíamos empatado 0 a 0. Qué habíamos tenido muchas chances pero no habíamos podido convertir ninguna", dijo apenado.

Los malos momentos tienen siempre una parte positiva. "Me llamaron todos los compañeros y el técnico que me dijo que me quedara tranquilo. Y una cantidad de hinchas de Liverpool me llamaron y me escribieron por internet. Gente que ni conozco, pero que se puso a las órdenes por cualquier cosa que necesitara. Eso fue una gran alegría. A propósito quiero agradecerle a Graciela, que es una hincha de Liverpool que trabaja en la Médica, y que fue conmigo en la ambulancia".

Para finalizar Montero se refirió al futuro de su equipo que ahora quedó a dos puntos de Nacional. "Hay que hinchar por Peñarol en el clásico y seguir ganando para conseguir el título, que es lo que soñamos todos. Nacional se nos fue un poquito, pero tenemos esperanzas de que pierda puntos".

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