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Jorge Traverso: lo que siente por la camiseta de Nacional y el reconocimiento a una generación de cracks

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Jorge Traverso. Foto: Carlos Bolla

EL FÚTBOL Y YO

Al periodista y conductor de televisión le gusta muchísimo el Parque Central, pero cree que los dos grandes se equivocaron al abandonar al Estadio Centenario.

Idolatra a Ildo Maneiro, cree que el equipo de 1971 tenía muchísimo talento y por eso está por arriba de los otros campeones de América y del Mundo de Nacional. Jorge Traverso, un futbolero desde su niñez, confiesa que la camiseta tricolor "es su compañera de toda la vida" y que le da "identidad".

-¿Cómo empieza ese amor por Nacional?
-Es una historia repetida en las familias uruguayas, mi padre era hincha de Nacional y me llevaba a ver a Nacional y eso fue acercándome a la institución, a la camiseta, a los goles, a las alegrías, a las derrotas. A todo. Una de las pocas cosas que el ser humano no cambia es el sentimiento por un club, Nacional y ha sido una compañía a lo largo de mi vida.

-¿Qué recuerdos tenés de esos primeros partidos junto a tu padre?
-En los primeros tiempos lo que recuerdo era la impotencia por no poder salir campeón de América. Esa era la obsesión, los años de frustración, la llegada de (José) Sanfilippo. Me vienen como flashes de esos momentos, que eran sufridos porque la década del 60 fue un tiempo sufrido para el hincha de Nacional... Al menos hasta los últimos años porque a partir del 68 y 69 ya la cosa empezó a cambiar y Nacional comenzó a marcar una hegemonía sobre Peñarol. Recuerdo al fútbol como una manera de amistad entre padre e hijo, ir a las canchas chicas en el Prado era una delicia, partidos de los domingos de mañana para ver a las divisiones inferiores. Quedan cosas en la memoria de aquello, como el olor al pasto recién regado, las canchas lindas del Prado a las que me gustaba ir aunque a veces no jugara Nacional.

-¿La generación del 71 tiene un peso enorme en tu consideración?
-Sí. Esa generación que forjó muy bien Miguel Restuccia fue realmente excepcional. Restuccia generó un fenómeno dentro de Nacional muy removedor y de aquello que prácticamente podía considerarse como una resignación porque no llegaba a ganar la Copa Libertadores, tenía posibilidades de hacerlo porque jugaba las finales pero perdía. Recuerdo un partido con Independiente y un gol mal anulado a Mario Bergara y empezó una serie de circunstancias que no eran favorables, unas finales contra Estudiantes de la Plata, al cual después se le ganó, finales con Racing de Avellaneda. Esa generación tiene un valor especial. Mirá me crucé con (Ildo) Maneiro hace poco en Malvín. Yo iba manejando en mi auto, Maneiro estaba para cruzar y le grité en forma de agradecimiento 'gracias, maestro'. De repente es uno de esos jugadores que no se recuerdan en toda su dimensión y Maneiro fue un jugador fundamental para Nacional y era también un jugador fundamental para la Selección uruguaya.

"Hace poco me cruce con Maneiro. Yo iba manejando y le grité en forma de agradecimiento: ‘gracias, maestro’. Maneiro fue un jugador fundamental en Nacional”

-Maneiro, entonces, ¿está entre los tres mejores de aquella generación?
-A Maneiro lo pongo siempre porque yo lo iba a ver hasta cuando jugaba en la tercera, que en aquellos tiempos se le decía la reserva al preliminar de Primera división. Maneiro está, aunque es muy difícil hacer una elección tan corta porque Manga y (Luis) Cubilla fueron fundamentales, (Julio) Montero Castillo fue importantísimo. Hubo jugadores extraordinarios, ni que hablar de (Luis) Artime, (Julio César) Morales. En esos tiempos tanto Nacional como Peñarol tenían jugadores de Selección y no solo uruguaya. Peñarol trajo a Figueroa, a Ermindo Onega, Nacional trajo a Artime, Nacho Prieto. Además, en la década del 70 el mejor fútbol del mundo estaba en América del Sur, no estaba en Europa. A los sudamericanos nos embromó muchísimo todo lo que tiene que ver con la Unión Europea, el hecho de que los jugadores nacidos en la Unión Europea pueden jugar en cualquier país sin ser extranjeros, hay muchísimas cosas, además de toda la parte de la diferencia económica que tienen los europeos.

-¿A qué tribuna ibas con tu padre y en qué momento empezaste a ir solo?
-Empecé a ir solo cuando mi padre falleció. Juntos íbamos mucho a la Colombes o a la Olímpica. Con mis amigos empecé a ir a la América. Sin afán discriminatorio el público es totalmente distinto de un lado y del otro, las costumbres, la manera de comportarse porque la gente es más efusiva en la Colombes que la América. En ese tiempo ya y cuando no había división de hinchadas.

Goles
El "Chino" y Ruben Sosa
El gol de Ruben Sosa en el clásico por el Torneo Clausura de 1998. Foto: archivo El País.

-El mejor gol...
-El gol de (Álvaro) Recoba estuvo bueno, ¿eh? Ese estuvo muy bueno. Mirá que hubo algún gol superior, para mí por lo menos, como uno que hizo Ruben Sosa también en un clásico, que dejó parado al arquero Flores. Eso sí, el del “Chino” tuvo mucho significado.

-¿Eras tribunero? ¿Regalabas algún mensaje duro?
-No. En alguna oportunidad acompañé a Nacional al exterior pero no era de exaltarme demasiado, era más de llevar los sentimientos por dentro, tanto las frustraciones como las alegrías. Por supuesto que eran tiempos en los que se podía compartir el fútbol con amigos de Peñarol y dar y recibir bromas pesadas y nada pasaba. Era otro mundo.

-Al crecer, ¿te hiciste más fanático o más analítico?
-Más tranquilo. Empecé a observar los partidos de fútbol con la pasión de querer que siempre gane Nacional, pero también ya sin negar la admiración que provocaban los equipos que tenían mejor nivel. De alguna forma vas calmando ese volcán interior que el fútbol provoca y te vas ubicando como un espectador diferente, no te digo frío o prescindente, pero más analítico sí.

-¿Alguna vez sacaste el pañuelo blanco para acompañar una victoria?
-No me acuerdo de eso. La época de los pañuelos blancos la he visto en fotografías y algunos videos, malos videos que quedan, pero era muy lindo y era una costumbre fantástica y no sé por qué se abandonó por parte de la hinchada. Era una característica de la hinchada de Nacional, era muy bueno verlo. Creo que en Argentina también había un equipo que lo hacía.

"Me gusta muchisimo el Gran Parque Central, pero soy de los que pienso que no hay nada como el Estadio Centenario. Los grandes tendrían que haberse preocupado por el Centenario”

-¿Te gusta ir al Gran Parque Central? ¿Tenés butaca?
-Mi padre me hizo socio enseguida, pero no tengo butaca. Últimamente voy al fútbol de manera ocasional, me gusta muchísimo el Gran Parque Central, pero soy de los que pienso que no hay nada como el Estadio Centenario. Esto no deja de ser una resignación o un desprecio a un capital divino como es el del Parque, porque tiene un valor histórico impresionante e incluso si lo empezás a recorrer encontrás cositas que siempre son interesantes de ver, pero no hay nada más lindo que el Centenario lleno de gente. Está en el mejor lugar, se ve bien de todos lados. Ni el Parque Central ni el Campeón del Siglo están en esas condiciones y creo que los equipos grandes tendrían que haberse preocupado por el Estadio, pero bueno era como una obsesión que había de Peñarol de tener su propio escenario y de Nacional de no dejar que el otro tenga más butacas. De locos.

-¿Qué representa para vos la camiseta de Nacional?
-Una adhesión, una compañera de toda la vida. El cuadro que me dio alegrías, tristezas. El cuadro que iba a ver todos los fines de semana durante muchos años. Representa algo emocionante, grande. Es algo que me da identidad.

-Un partido
-El clásico en el que Nacional tenía que ganarle 4-0 a Peñarol para seguir en la Libertadores y lo derrotó 3-0 con tres goles de Artime. Lo recuerdo porque todos fuimos pensando que ya estaba todo liquidado y al final no faltó nada para el 4-0. Hasta recuerdo un penal marrado por Cubilla.

Un crack
La técnica y talento de Hugo De León
Hugo de León y Romario durante el juego entre Nacional y PSV. Foto: @tphoto2005.

-Después de la generación de 1971, ¿con qué jugadores te quedás?
-Aparecieron muchos jugadores importantes, Nacional tuvo muchísimos futbolistas talentosos, Hugo De León, por ejemplo. De León fue un jugador impresionante. Cuando se habla de la generación de futbolistas que estuvieron en los tiempos de Hugo De León se habla de los delanteros, que fueron formidables como Enzo Francescoli, Ruben Sosa o Venancio Ramos, pero De León fue un jugador decisivo. De una incidencia enorme en su equipo. Mirá, era hasta una especie de misterio lo que se vivía porque los equipos cambiaban con De León. Un jugador de una técnica impresionante, algo lento quizás para estos tiempos, pero notable. Salía jugando desde el fondo con gran visión y muy buen manejo. Creo que hubo más jugadores impresionantes, de condiciones muy valiosas, pero lo que no hubo fue un equipo de tanta calidad. Eso no lo pude ver nuevamente como con aquel equipo.

-¿Las generaciones de 1980 y 1988 están un escalón por debajo de aquella de 1971?
-Fueron generaciones de menor cantidad de cracks y de más esfuerzo. Yo admiro mucho la técnica del fútbol, me encanta la técnica y también la jerarquía para jugar. Me gusta el fútbol bien jugado y la diferencia entre los equipos de esas épocas era el número de jugadores de mayor talento. Ya te nombre varios de los grandes jugadores que tuvo aquel equipo que cortó con la sequía que tenía Nacional en Copa Libertadores y me quedé corto, porque los suplentes eran tan buenos como los titulares.

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