DURAZNO | VÍCTOR D. RODRÍGUEZ
La voz inconfundible, el relato de gol de Luis Eduardo Ligüera, ya no se escucha en el dial duraznense.
Se extraña. Marcó toda una época con el micrófono en mano y hoy, a sus 63 años, después de dedicarle más de 35 ininterrumpidos a las transmisiones radiales, disfruta junto a su esposa, hijos y nietos. Trata de devolverse a sí mismo el tiempo perdido en lo familiar, debido a que "dejé muchas cosas por el relato; cuando mi familia tenía por ejemplo una reunión o un cumpleaños, yo no concurría, porque estaba en el fútbol o tenía que viajar a relatar. Entonces, estaba toda mi familia menos yo, porque tenía el compromiso de relatar y para mí la palabra es sagrada; pero no me arrepiento, el fútbol y el relato ha sido y seguirá siendo la pasión de mi vida", comentó a Ovación.
Le tocó vivir los momentos más gloriosos de la casaca "roja del Yí", pero también un período de sequía de títulos. Transmitió las interminables carreras y goles de Antonio Alzamendi en sus inicios en Wanderers, Policial y la selección; describió las jugadas "de memoria" de los hermanos Luis y Félix Díaz, los impresionantes tiros libres de Néstor "Falucho" Silva y las atajadas monumentales de Hugo Sinfuentes y Oscar Carusini, entre tantos y tantos.
Además, su actividad periodística transcurrió épocas disímiles en cuánto a medios y a tecnología. Manipuló los viejos equipos a lámpara "enormes y pesados", las consolas y hasta los avances actuales, celulares, computadoras e internet, todo con el cometido de llevar su voz en el éter siguiendo una pelota.
Del mismo modo, los viajes por el país y al exterior con la selección. "Nos faltó ir en tren", señala entre risas. "En los primeros tiempos viajábamos en el ómnibus de los jugadores, también íbamos en autos particulares, a veces en los móviles de la radio, en vehículos contratados o de amigos como el Primitivo `Pocho` Baldenegro o Jorge `Cacho` Portela; todos esos viajes con enormes y gratísimos recuerdos junto al equipo deportivo".
Como todo periodista deportivo del interior, aparte de relator, Ligüera fue un "todo terreno". Productor de avisos comerciales, hizo las veces de chofer e, incluso, transportaba los equipos técnicos, los enchufaba, gestionaba las cabinas y, además relataba y en ocasiones comentaba. "Nosotros hacíamos todo desde que salíamos".
Siguiendo la senda de Antonio Alberto Adinolfi (un caracterizado relator duraznense), Liguera empezó en 1974 en Radio Yí, en 1978 pasó a C W 25 Radio Durazno la más antigua del interior del país. En esta casa estuvo hasta el 2009, cuando decidió su retiro el día 30 de Julio. "Entendí que había cumplido un ciclo, además la familia me necesitaba por lo que opté por dar un paso al costado".
Ligüera recuerda el día que le taparon la cabina con banderas para que no pudiera transmitir. Fue una experiencia "muy desagradable". Un partido por la copa de OFI en Pando entre Real Sico de Toledo y Wanderers de Durazno. "Querían cobrarnos el derecho de transmisión, cosa que en el interior no se estila, y no nos habían dicho nada; incluso, los colegas de Pando habían venido a Durazno y acá no se les cobró. Nosotros naturalmente llevamos el dinero justo para los gastos nuestros, no teníamos en ese momento el dinero para pagar lo que se nos pedía. No nos permitieron transmitir, a tal punto que estábamos transmitiendo y nos ponían gente delante de las cabinas y después sacaron las banderas que estaban en el tejido, iban 18 minutos del primer tiempo y nos taparon toda la cabina. Fue la única vez que tuvimos que dejar de transmitir, fue un hecho que lamenté y me quedó en el peor de los recuerdos, porque el fútbol del interior no es eso, es confraternidad", señala Liguüera, quien se dio el gusto de transmitir todos los títulos ganados por la selección de Durazno y ganó muchos.
Siguió todo el camino de "Hormiga"
Ligüera se siente un privilegiado, porque fue de los primeros en relatar las electrizantes carreras por punta derecha y los goles de Antonio Alzamendi en sus comienzos. "El `Hormiga` fue y sigue siendo un símbolo del fútbol duraznense", dic.
"Lo que más recuerdo era aquel puntero flaquito, espigado, con una velocidad impresionante que los pasaba como poste y definía rasante casi siempre al segundo palo, como cuando en el 76 integró la selección de Durazno dirigida por Alfredo `Chuco` Zarza, siendo muy joven, ese año voló`, y le hizo los recordados goles a Nacional de Montevideo en el Landoni. Después se fue a Sud América de Montevideo.