Agustín dos Santos (17) manoteó su celular de la mesa de luz y, ni bien se despertó, leyó un mensaje de un jugador juvenil al que no le contestó hasta después de un buen rato. “Felicitaciones”, decía la notificación.
Eran plenas vacaciones y no entendía el trasfondo. No sabía si agradecer por el saludo (o no) porque no había un motivo explícito ni sabía de lo que le estaban hablando. Recién cuando abrió las redes sociales entendió todo.
Así fue cómo se enteró de su primera convocatoria a la selección juvenil de Uruguay este joven -hoy sensación de Nacional-, que repetirá titularidad el fin de semana para jugar contra Danubio -según supo Ovación- y que hoy “tiene todo para ser un jugador de élite”, proyecta el entrenador de la Sub 19 del club, Santiago Espasandín.
Con apenas 17 años, el nacido en Salto ya formó parte del 11 inicial frente a Cerro Largo el sábado pasado y fue motivo de opiniones casi unánimes entre un grupo de hinchas veteranos que bajaron por las escalinatas de la tribuna José María Delgado maravillados ese día.
—Me gustó el pibe, ¿eh? ¿Qué te pareció a vos?
—Jugó simple, sencillo.
—Cumplió, cumplió. Se le nota la técnica.
Si bien se dio a conocer para el público tricolor en la gira amistosa de Nacional por Paysandú, dos Santos irrumpió como capitán de Uruguay y luciendo la camiseta número 10 en abril, en el Sudamericano Sub 17 de este año, en Colombia.
Fue allí que sus parámetros de GPS registraron que, en promedio, corrió alrededor de 12 kilómetros por partido, con la particularidad de que hizo en “altas intensidades” más del 10% de ese recorrido. “Más allá de los números, no muestra signos de fatiga en ningún momento. Es porque sabe correr”, aportó el DT de la Sub 19 tricolor.
Las buenas noticias siguieron cuando, a finales de mayo, fue convocado por primera vez por Pablo Peirano para un partido oficial frente a Progreso y justo ante el mismo rival, pero por el Torneo Clausura, jugó sus primeros 6’ en Primera.
“Agustín debutó (como titular) y hasta ahora no me lo han nombrado. Consideramos que es muy bueno su aporte. Es un muchacho joven, que ingresó desde el arranque y lo hizo muy bien”, dijo el técnico en su última conferencia de prensa.
La proyección viene de mucho antes. En época de Séptima, Joaquín Papa (hoy en Liverpool) y Adrián Magallanes (su ayudante) le vieron condiciones para cambiarlo de posición y allí fue cuando pasó de extremo a mediocampista interior. Así lo recordó el DT de Liverpool: “Vino como extremo de Salto. Empezó en ese puesto, pero lo probamos porque tenía todo para ser un tremendo interior. Se adaptó rápido y terminó jugando casi todo el año ahí”.
“Me siento un afortunado en ser parte de su proceso de desarrollo. Me hizo ver que con 15 años un jugador podía entender el juego de forma colectiva y ser líder futbolístico dentro de un modelo de juego y a la vez destacarse individualmente siempre, algo poco común hoy en día. Su madurez nos llamaba a todos la atención. No había alguien que no tuviera elogios para Agus, tanto en el plano técnico-táctico como en el plano condicional, después de cada entrenamiento o partido en el complejo", dijo, por su parte, Mathías Cardacio, quien lo dirigió en la selección Sub 15.
"Siempre tuve claro que su talento y sus tomas de decisiones, sumado a sus capacidades condicionales, lo iban a proyectar rápidamente tanto en Nacional como en la selección. Hoy disfruto y me pone muy contento su presente. Es un jugador con un gran futuro por delante, al que todos vamos a disfrutar de verlo jugar”, aportó.
Al escarbar en su historia, el gen aparece en su padre, Jonathan dos Santos (33), actualmente en Mushuc Runa, que ya le vio algo diferente con seis años. “Empezó a jugar con tres años en la categoría de cuatro y nos dimos cuenta que a los seis ya tenía condiciones porque hacía diferencias. En Atlético San Luis de México, él tenía ocho años y jugaba con los de 10”.
Ese papá fue también al que se le saltó la térmica ni bien vio en televisión el manotazo de Javier Méndez a su hijo en un clásico de verano. “Se la agarró con Agustín porque tenía 16 años”, opinó.
Con ese episodio saldado, hoy todo es positivo en el presente de Agustín, que de chico idolatraba a Neymar y a Matías Cabrera (su representante) en Nacional y que sigue viviendo en la residencia de formativas. “Con Thiago Helguera se intentó algo parecido. Los mantiene tranquilos, con la alimentación adecuada y eso los ayuda en la vida social. Él y su familia entienden que por ahora es lo mejor”.