Diego Monarriz tras el cese en Juventud y el desgaste con la SAD: "Si cuento lo que viví en el año, no termino"

El argentino habló de la situación familiar que atraviesa, la "charla coloquial" con Gustavo Matosas para ir a Danubio y la increíble experiencia que pasó como ayudante de campo de un equipo uruguayo.

Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Foto: Ignacio Sánchez.

Ascendió a Juventud de Las Piedras la pasada temporada. Diego Monarriz se ganó el crédito para seguir y lo hizo bien en la primera parte de la Liga AUF Uruguaya 2025: quedó tercero en el Torneo Apertura con 30 unidades gracias a nueve victorias, tres empates y tres derrotas. En el Torneo Intermedio finalizó segundo en la Serie B, aunque el panorama cambió por completo de cara al Torneo Clausura.

Tras llegar a su sexto encuentro sin poder ganar, la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) de Juventud lo cesó. "Estoy tranquilo conmigo porque sé cómo actué. Primero lealtad, siempre por derecha, así que la vida sigue", le destacó a Ovación.

Fuentes del club pedrense le informaron a Ovación que Monarriz faltaba “una vez por semana a los entrenamientos al quedarse en Argentina”. No obstante, el director técnico dio la explicación de este hecho con una frase, fiel a su estilo: "Primero soy ladrón antes que policía".

Ahora, ya con esa etapa pasada, Monarriz tiene decidido quedarse en el fútbol uruguayo y la posibilidad que pica en punta es la de tomar las riendas de Danubio. No solo eso, sino que relató el "divino sábado" que vivió cuando fue ayudante de campo de un equipo uruguayo.

-¿Cómo fue tu salida de Juventud?

-Me dijeron que querían un cambio de rumbo porque no se encontraban los resultados y se jugaban cosas importantes a falta de cuatro fechas. No es lo que interpreté, es lo que escuché con mis oídos y cara a cara.

-¿La esperabas?

-Antes de empatar con Nacional -luego igualamos 0-0 con Boston y perdimos frente a River Plate- me llegaban comentarios. No lo esperaba, pero estoy tranquilo porque di todo como los futbolistas. Me vacié desde ese lado. Estoy tranquilo conmigo porque sé cómo actué. Primero lealtad, siempre por derecha, así que la vida sigue. A continuar y ojalá me pueda quedar en Uruguay.

-¿Qué te sedujo para querer quedarte en Uruguay?

-Me arroparon bien en todo aspecto. La gente, la convivencia diaria, el fútbol uruguayo en sí, opiniones, periodistas; fue un todo. Me hicieron sentir muy bien. Me apoyaron en mi despedida. Me hicieron sentir valorado, que es difícil para un extranjero. Pero soy de esta manera. No trato de ganarme, ni caretearla a nadie.

-¿Por dónde te estabas quedando?

-Estaba en Montevideo, en el Hotel Ibis.

-En el Apertura con Juventud hiciste 30 puntos, en el Intermedio quedaste segundo en la serie y en el Clausura llegaste a seis partidos sin victorias, ¿cuál fue el diagnóstico que hiciste?

-Es muy claro, y no por echar culpa porque cada uno se tiene que hacer cargo. Tuvimos ocho futbolistas lesionados, más las dos o tres ventas de junio, por lo que es muy difícil rearmar todo. En el Clausura contamos con zagueros nuevos, lesiones complicadas. Por ejemplo: la rotura de cruzados de Rodrigo Rodríguez, Rodrigo Chagas recién hoy (por ayer ante Racing) entró los últimos 10 minutos faltando cuatro fechas. Futbolistas que fueron bajas muy importantes. Sebastián Sosa estuvo afuera en algunos partidos, entró (Nicolás) Rossi y jugó bien, aunque tuvimos la quinta amarilla de (Iván) Rossi y con David Morosini lo mismo. Perdimos dos partidos en la hora (Defensor Sporting y MC Torque). Ante Peñarol hicimos un partido digno con un futbolista menos desde el minuto 27 y perdimos 1-0. Luego empatamos con Nacional, con lo que implica, igualamos con Boston River. Quizás no jugábamos como lo habíamos hecho en otro momento, sino que jugábamos como podíamos. Porque al haber tantos cambios te modifica el dibujo táctico a lo que venías trabajando en general y los futbolistas no son iguales.

-¿Pudiste hablar con Sebastián Méndez, el nuevo entrenador de Juventud?

-No hablé nada.

-Jonathan Urretaviscaya dijo que le sorprendió la noticia de tu salida porque hicieron un campeonato “bárbaro en la primera parte del año, pero esto es una SAD y toman decisiones de esta manera”, ¿Compartís?

-Uno ha tenido la mejor onda; se armó todo el año pasado con un ascenso. A principio de año el objetivo era salvarnos del descenso. Se pudo constituir un buen equipo, chicos con una mentalidad espectacular, cuando llegó Urreta fue un toque de distinción, el Toro (Agustín Rodríguez) estaba encendido, un equipo bien plantado, con muchos juveniles, el caso de Chagas, que venían de Nacional con poca participación en Primera, zagueros de 21 años, Barrandeguy -que vino de Rampla Juniors-, Ramiro Peralta que ya estaba el año pasado. Ahí se pudo discutir, porque los que entraban lo hacían muy bien en el segundo tiempo. Eso fue lo que generó ilusión por cómo jugaba el equipo. Estuvimos definiendo el Apertura, en el Intermedio salimos segundos y en el Clausura pasamos por esas vicisitudes. No es menor. Después están las decisiones que la gente toma, donde la expectativa quizás la tenía mucho más arriba. Sabían de los problemas, porque me los habían dicho también. Habrán sentido que el equipo podía estar para más, son los dueños y son decisiones que toman. Mauro Cetto (director deportivo de Juventud) fue el que me lo comunicó.

Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Foto: Leonardo Mainé.

-La información es que tu relación con la gente de la SAD no era la mejor, que se había desgastado porque faltabas “una vez por semana a los entrenamientos al quedarte en Argentina”. ¿Esto es así?

-Mi mujer está con un tema de salud y eso estaba hablado y programado desde principio de año. Primero soy ladrón antes que policía. Si tengo que contar todo lo que uno vivió y puso el pecho en el año terminamos pasado mañana y fue viceversa; no quiero entrar en polémica. Gracias por la posibilidad y los quiero mucho a todos. Por eso me mantengo callado y no por no hablar ni nada por estilo. La vida sigue y Dios quiera que Juventud termine donde tenga que terminar, nada más.

- ¿Tuviste alguna vez un diálogo con Marcelo Figoli, dueño de la SAD de Juventud de Las Piedras?

-Con Figoli tuve la mejor relación hasta el último momento. Hacía mucho tiempo que no hablaba con él, pero siempre me manifestó su cariño. Estaba dispuesto para darme todo y para hacerme sentir bien. Hacía mucho tiempo que no estaba en contacto con él porque es una persona que está abocada a muchas cosas, más que nada hablaba en el día a día con Mauro (Cetto).

-Esto de quedarte unos días más en Buenos Aires por el estado de salud de tu mujer...

-Lo sabe todo el mundo. Tengo una hija de 29 años que se está haciendo cargo de mi mujer. Gracias a Dios, la tengo bien, curada. Pero necesitaba de mí, de poder quedarme un día y medio. Tenía un grupo de trabajo que estaba al tanto de todo. Así que el botón que te dijo eso, que primero se fije qué hacía. Esas son pequeñeces, idioteces. Estoy con la conciencia tranquila; esto está desde el año pasado en el ascenso a Primera.

- Sobre tu futuro, se maneja la posibilidad de que vayas a Danubio. ¿Pudiste hablar con Gustavo Matosas (director deportivo de la Franja)?

-Es un amigo de la vida. Simplemente me dijo que podía estar la posibilidad, si me interesaba o no. Fue una charla coloquial. No me junté con nadie, ni hablé con nadie más. Quedó ahí el tema.

-¿Te vas a reunir con Arturo del Campo, presidente de Danubio?

-No sé si me voy a reunir. Si me llaman, me voy reunir con quien tenga que hacerlo. Debo seguir trabajando y será un placer hacerlo acá (en Uruguay).

Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Diego Monarriz, director técnico de Juventud de Las Piedras.
Foto: Estefanía Leal.

- ¿Estuviste dirigiendo un equipo uruguayo el pasado fin de semana?

-(Sonríe) Fue divino porque me fui a esos campeonatos amateur con Sebastián, el gerente del hotel donde me quedaba. Tiene un grupo de compañeros que juegan un torneo. Fuimos a unas canchas, atrás del Aeropuerto de Carrasco. Pasé un sábado divino con los pibes, bien amateur. Volver a eso fue espectacular. Cuando llego, si bien me habían dicho, se dio la coincidencia de que el equipo se llama Danubio y tiene la misma camiseta (blanca con una franja negra). Es la más 40. El técnico, un fenómeno, estaba tranquilo y yo sentado, tomando sol y mate. Faltando tres minutos empecé a los gritos y me acerqué al técnico, con el respeto que se merecía el muchacho porque era el entrenador: “Hay que poner un medio más”. Ganaron y capaz que el fin de semana que viene vuelvo porque tiene un partido duro. Así que por el momento estoy en la más 40 como ayudante de campo (largó la carcajada).

- Las vueltas de la vida, ¿no?

-Increíble. Porque pueden inventar que me quería ir porque tenía a Danubio cerrado. No tenía nada cerrado, sino lo hubiera dicho. Lo mío fue otra cosa. Nunca hubiese hecho algo así. Irme faltando cuatro fechas. Después sí, cada uno tomaba la determinación, iba a tener obviamente la prioridad para poder hablar, arreglar con el club, pero luego uno iba a determinar para ver qué hacer. Las coincidencias de la vida fueron de esa manera, justo se habló tanto y el sábado fue hermoso.

- ¿Tu idea sería quedarte vos solo o poder traer a tu familia a Montevideo?

-Lo estamos resolviendo porque mi mujer necesita de un tratamiento. Y todo eso no se sabe para dónde puede disparar por el tema de la salud. Entonces, lamentablemente, no lo puedo hacer. Sería un movimiento muy importante. Me vendría muy bien por ese lado, por el hecho de estar uno a la par. También sería un movimiento muy importante, ya que tengo seis perros, una gata; un quilombo. Mientras tanto, si se me permite cruzar, venirme un día y medio, ya me pone feliz, me da la energía y la fuerza para volver a seguir trabajando.

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