Por Agencia EFE
Costa de Marfil, en un torneo plagado de contratiempos y dudas, con un cambio de entrenador a medio recorrido y exigido por su condición de anfitrión, compensó todos los males padecidos en el torneo con una remontada en la final ante Nigeria (1-2) que le proporcionó el tercer título de la Copa de África de su historia.
Tuvo una fase de grupos mala y se clasificó gracias a ser una de las mejores terceras. Destituyó al seleccionador Jean Louis Gasset y Emerse Fae tomó las riendas. Con él llegó el milagro marfileño que atravesó cada eliminatoria hasta alcanzar una final en la que se impuso al favorito.
Liderado por el talento de Simon Adingra, autor de las dos asistencias, el acierto del exjugador del Barcelona Frank Kessie y del atacante del Borussia Dortmund Sebastian Haller, se hizo con el título en la quinta final que disputaba.
Había ganado dos, en 1992 y el 2015, y perdió las del 2006 y el 2012. Además, se puso a la altura de Nigeria, que se queda con los tres trofeos logrados en su historia.
Se mostró superior a su rival, que solo había convertido dos goles en todo el torneo y que se puso por delante al borde del descanso, en el minuto 38.
El tanto nigeriano llegó en un córner lanzado por Ogochukwu Onyeka que conectó de cabeza el capitán William Troost-Ekong.
Mejoró el conjunto marfileño, el primer equipo anfitrión que gana el título de la Copa de África desde Egipto en el 2006, que igualó a la hora de juego cuando un córner de Simon Adingra fue rematado de cabeza por Frank Kessie.
La victoria llegó en el tramo final, a nueve del cierre, cuando todo apuntaba a la prórroga. Fue en una acción desde la izquierda, un pase medido de nuevo del futbolista del Brighton al corazón del área donde irrumpió Haller, se anticipó a los centrales y convirtió.
El atacante del Dortmund que regresó hace un año a los terrenos de juego tras superar un cáncer de testículos se convirtió en el héroe de Costa de Marfil, que obró el milagro.