SILVIA PEREZ
En su primer día como técnico de Peñarol, Luis Garisto llegó a Los Aromos muy temprano. Una hora y media antes del comienzo de su primer entrenamiento al frente del plantel mirasol.
Recorrió las instalaciones y quedó gratamente impresionado. "Sabía que lo habían reacondicionado en el 80 para el Mundialito, pero yo nunca lo había visto así. Es todo nuevo para mí. Esta bueno, pero no me sorprende. Esto es Peñarol", comentaría más tarde al respecto.
Unos quince minutos antes de las 18:00, hora prevista para la práctica, los 39 futbolistas citados aparecieron en la cancha principal de Los Aromos. Se sentaron dispuestos a escuchar la primera charla del nuevo entrenador. Garisto fue breve y pocos minutos después comienzaba el trabajo. Su ayudante, Walter Olivera y Mario Saralegui, que dirigirá la Tercera División en el presente año, estuvieron a cargo de la tarea que nucleó futbolistas de Primera, Tercera y algunos que fueron ascendidos de Cuarta. Garisto observaba desde un costado de la cancha.
Los breves ejercicios físicos que antecedieron al trabajo con pelota fueron ordenados por un preparador físico de las juveniles. El profesor Aníbal Matonte aún esta solucionando algunas cosas en Argentina y llegará en los próximos días.
FUTBOL. Se disputaron dos partidos informales. Cabe recordar que era el primer contacto de los jugadores con la pelota después de las vacaciones. En el primer partido participaron jugadores de Tercera y Cuarta División. En el segundo encuentro, uno de los equipos estuvo formado en su mayoría por jugadores de Primera, sobre todo los más conocidos. Los de chaleco naranja formaron con Pablo Blanco (arquero de Cuarta), Ronald Ramírez, Ricardo Möller, Luiz Nunes y Alvaro Alonso; Paolo Ferreira, Fernando Fadeuille, Diego Rodríguez y Alberto Acosta y Gonzalo Pizzichillo y Walter Guglielmone. Caudio Flores atajó en el otro equipo que también integraron Bryan Winsker y Mario Leguizamón, dos de los que volvieron al club. Pizzichillo anotó dos goles.
SIN APURO. Luego del movimiento, el técnico Luis Garisto, reconoció que no era mucho lo que había podido observar en un primer encuentro con tantos jugadores. "Son tantos que le pregunté dos veces por el mismo jugador al ‘Indio’. En este primer contacto les dije que jugaran a su aire, que no se exigieran demasiado porque vienen en mala forma se podían lesionar. De mi idea, nada. Aún es muy pronto y no conozco sus características. Estamos observándolos a todos. No se salva nadie. Capaz que algunos juega en un puesto y termina siendo un fenómeno en otro. Yo empecé de marcador de punta y termine de back central".
Afirmó que tenía tiempo hasta el 18 de febrero para conformar el plantel y que no pensaba apurarse. "Aún no hablé con ningún jugador, no pedí a nadie, primero hay que mirar para adentro y luego para afuera. Si alguno se va a otro club, que lo haga. No me asusta quedarme sin nombres. Me importa el rendimiento". Luego habló sobre la Copa Ricard: "Vamos a jugar con lo mejor que hay acá. Inclusive con juveniles".
Finalmente admitió: "Alguno me sorprendió gratamente, pero no doy nombres. Me los quedo para mí".
Sin embargo, al final del movimiento habló unos minutos con Alberto Acosta. El volante contó que le dijo que jugara sencillo: "Me pidió que jugara a dos toques, que no me entretuviera con la pelota. Que me veía condiciones, pero que no me creyera todo lo que me dicen y que jugara sencillo".
¿Será el "Betito" el que lo sorprendió?
"El capitán no sirve para nada"
"¿Por qué insisten tanto con Cedrés?", preguntó Luis Garisto en medio de la conversación con los periodistas cuando por tercera vez estos llevaron el tema hacia la finalización del contrato del referente aurinegro y lo interrogaron con respecto a si había posibilidades de que regresara.
Al explicarle que no sólo se trataba de un referente sino del último capitán, Garisto sorprendió diciendo que para él el capitán no era más que un símbolo.
"¿Para que sirve el capitán?", se preguntó y él mismo se respondió. "El capitán sirve para hacer el discurso en las despedidas de soltero y para el sorteo de vallas. Para decidir para que lado tenemos que patear, nada más. El capitán no sirve para nada, ¡si me lo echan igual que a cualquier otro! Le sacan amarilla y roja igual que a cualquiera".
Y no fue todo, siguió explicando su parecer y advirtió que el nuevo capitán aurinegro será elegido por el grupo: "El capitán está de decorado. Es un jugador más. Mario González era el capitán de Peñarol cuando yo jugaba y era simplemente un compañero más. Al capitán lo elige el grupo. No lo elijo yo. Para mí siempre fue así y en Peñarol cuando yo jugaba era así. Era Ariel Sandoval o Mario González, pero lo elegíamos nosotros. El capitán siempre me pareció una figura decorativa. Una cosa más que nada simbólica. Para mi el capitán no existe".