HORACIO ABADIE

Sebastián Shaw es un referente del Trouville campeón de la Liga Uruguaya de Básquetbol. Culminó su decimocuarta temporada en Primera División, siempre defendiendo al equipo rojo, y contó a El País su carrera, su vida, el fútbol en Nacional y las sensaciones que le dejó el haberse coronado campeón. Además es contador público, trabaja en INCA y formó una familia.

—¿Cómo y cuándo comenzaste a jugar al básquetbol?

—Muy chico, a los cinco o seis años. Siempre viví en Pocitos y ya de niño me mandaron a Trouville para que no molestara mucho en casa. A esa edad me inicié en los pre minis, tuve una impasse en donde me dediqué al fútbol y jugué durante tres años en las inferiores de Nacional, y luego volví a Trouville.

—¿Por qué en Trouville? ¿tradición familia?, ¿vivías cerca?

—Toda mi familia es hincha de Trouville, mis padres eran fanáticos, y por supuesto que la cercanía de mi casa con el club también influyó mucho.

—¿Qué categorías hiciste en el club cuando llegaste?

—De pre mini, salté enseguida a los mini, y cuando me fui a jugar al fútbol no jugué ni los dos años de cadetes ni el primero de menores. Para el segundo de la categoría menores ya volví y no me fui nunca más, hasta el título de la semana pasada.

—¿Cómo se da tu cambio del básquetbol por el fútbol?

—Cuando era chico jugaba al baby fútbol, al rugby y al básquetbol. En el "baby" jugué en el Maeso, y me ofrecieron de algunos equipos para ir a probarme en divisiones inferiores. Uno de esos equipos fue Nacional, y no dudé porque siempre fui hincha fanático del "bolso", era como cumplir un sueño, hice la pretemporada en Séptima y tuve la suerte de quedar. Jugué en Séptima, Sexta y el primer año en Quinta. Tres años, siempre en Nacional. Jugaba de volante.

—De esos equipos que integraste en Nacional, ¿a quién recordás que haya llegado a Primera?

En mi categoría, los nacidos en 1976, de los que recuerdo que llegaron fue el "Patota" Morquio, quizás me olvide de alguno, pero después cuando nos juntábamos con los de más arriba recuerdo haber jugado con el "Chispa" Delgado, Gianni Gigou, Paulo Medina y algún otro que ahora se me escapa.

—¿Por qué tomás la decisión de dejar el fútbol?

—Era mi primer año de Quinta División y cuando dos años se juntan, se hacía más complicado jugar, no integraba mucho el plantel y me aburrí. Me decidí por jugar en la Liga Universitaria y regresar al básquetbol. Toda la vida me gustó el básquetbol, pero no podía hacer todo, liceo, fútbol, básquetbol; entonces tomé un camino y decidí volver donde me inicié, y volví a Trouville al segundo año de Menores, con la dirección técnica de Carlos Genta, siendo el año 1991, y nunca más lo abandoné. El año 1992 fue un año muy lindo, por el grupo que se formó en el club y además porque salimos Campeones de Menores de Segunda de Ascenso.

—En ese equipo que salió campeón de Segunda, había una figura muy reconocida hoy día en el fútbol.

—Es verdad. En ese equipo jugaba y salió campeón el "Loco" Abreu. El "Seba" era un gran tipo que hacía un sacrificio enorme, ya que jugaba al fútbol en Minas, venía una vez por semana a entrenar con nosotros, y después en los días de partido. Hasta que le tocó estar en una Selección Uruguaya Sub 17, en un Sudamericano que conquistó muchos goles, y ahí apareció Defensor y tuvo que optar. Creo que no le erró en la decisión, ¿no?

—En cada nota donde al "Loco" le preguntan por Trouville, te menciona, ¿mantenés una linda relación con él?

—Una característica que tiene el "Seba" es que jamás se olvidó de sus raíces. Constantemente nombra a la gente de Minas, su ciudad natal, y también siempre recuerda su paso por Trouville. Cada tanto mantenemos alguna charla telefónica o contactos cuando viene a ver a la "roja".

—Contando tu etapa en inferiores y en Primera División, ¿cuántos años hace que estás en Trouville?

—Llegué al club a los 5 años, hoy tengo 30 y si le restamos los 3 que estuve en Nacional, hace 22 años que estoy en el club.

—Hay que destacar, sobre todo para las nuevas generaciones, el ejemplo de vida que es Sebastián Shaw. Hiciste deporte de todo tipo, perdiste muy joven a tus padres, sos contador, trabajás, formaste una familia, ¿Qué mensaje le das a los chicos que hoy están arrancando?

—En principio, siempre me gustó el deporte y pienso que la base de todo está en la educación que me dejaron mis padres. Yo tenía claro que la carrera de contador era lo mío, también me gustaba jugar profesionalmente. Lo fundamental es la fuerza de voluntad y darle con todo a lo que estás convencido que es lo correcto.

—Se logró conjugar un plantel con buenos jugadores contratados y algunos de la cantera. ¿Qué tuvo Trouville para lograr terminar siendo el mejor al cabo de 55 partidos?

—Me parece que lo fundamental fue la incorporación de gente experiente al plantel. Tanto Bouzout como Rivera, o Rodrigo Riera, son jugadores con edad, muchas vivencias y que han obtenido títulos. Eso nos llevó a que todo el año nos pudiéramos mantener arriba. También quiero destacar la unidad del grupo. Era un grupo muy bueno, muy buena relación jugadores-cuerpo técnico, que quedó demostrada cuando perdimos tres partidos seguidos en el Torneo Apertura.

—En el momento del final del partido, emocionado, manifestaste: "Con esto puedo colgar los botines tranquilo".¿Pensás retirarte?

—No sé cómo se corrió el rumor, pero el pensamiento en mi cabeza está. No quería irme de Trouville sin un campeonato. Ahora lo tengo, y la verdad es que si bien no tengo del todo decidido lo del retiro, ahora me tomaré 20 días de vacaciones y ahí lo definiré. Va a ser muy difícil decidirme porque son muchos años; pero la profesión, el trabajo, el básquetbol, todo junto se está haciendo muy difícil. Hoy el básquetbol está cada vez más profesionalizado y te exige más horas en cancha, de mañana, de noche, viajes al interior, y eso en mi caso me está costando. Quizá se pueda dar el retiro. Sería colgar los botines de la mejor manera, como campeón, en el equipo del que soy hincha, mejor imposible e imborrable.