Rincón del hincha

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Adiós de Schumacher

El mes pasado el multicampeón mundial de F1 Michael Schumacher anunció, en aparente estado emocional y con alguna lágrima

incluida (seguramente de cocodrilo) su esperado retiro de la categoría. Fue quien ganó más títulos y GP, records de vuelta, pole positions... y dinero. Casi toda la prensa especializada nacional e internacional no dudó en calificarlo como el más grande piloto de todos los tiempos. Se podrá decir que tamaña carrera profesional avala tal juicio. Nada más lejos de la realidad. Ferrari le entregó un medio mecánico electrónico perfecto que a su vez encajaba en forma exacta con su estilo de conducción, frío, calculador, autómata. Empero muchas de sus victorias fueron logradas en paradas en boxes por obra del cálculo matemático de sus ingenieros más que por su pericia conductiva, enfrentando por otra parte a pilotos y escuderías mediocres que siempre llegaban muy atrás en diferencias escandalosas. Siempre protestó por mínimas fallas de seguridad de los circuitos, no le gustaba correr con lluvia, y cuando no corría en punta cometía inexplicables errores propios de un novato. Cuando sus triunfos podían verse en peligro, la organización le daba alguna mano. A guisa de ejemplo, en 2003, BMW Williams con un motor más potente fue borrada del mapa por un pequeño yerro reglamentario (gomas 2 mm más anchas). Tampoco podemos dejar de lado un sinnúmero de conductas antideportivas en las que incurrió protagonizando diversos incidentes en pista y fuera de ella. Asimismo como persona deja y dejó mucho que desear: igual corrió el día que murió su madre, no vaciló en sacar a su hermano Ralf de pista cuando éste, una vez, se atrevió a intentar sobrepasarlo y tampoco dudó en "robarle" la novia a un colega. Poco sabemos de su vida personal. Decir que fue lo máximo del deporte motor es un insulto a sir Stirling Moss, a John Surtees, a sir Jack Brabahm, a sir Jackie Stewart, a Niki Lauda y a Alain Prost. Es una ofensa a la memoria de Jim Clark, Bruce Mc Laren, Graham Hill, al mejor de todos ellos, Ayrton Senna da Silva, y en definitiva a todas aquellas generaciones de pilotos que cuando se subían a un F1 no sabían si volvían con vida.

Michael Schumacher hace rato que se convirtió en leyenda viviente del deporte mundial. A partir del momento en que destronó al inolvidable Juan Manuel Fangio del sitial que ocupó durante 50 años (el piloto más ganador de la Fórmula Uno), el alemán elevó su nombre al olimpo deportivo, uniéndose allí con estrellas de la calidad de Classius Clay, Pelé, Carl Lewis, Jesse Owens, Mark Spitz, Pete Sampras, Martina Navratilova, por nombrar algunos. La carrera de Schumacher no admite discusión alguna, porque sus números destruyen cualquier polémica que se quiera levantar sobre su trayectoria. Las quejas del español Fernando Alonso no hacen otra cosa que levantar aun más la figura de un piloto alemán que fue capaz de coronarse campeón del mundo con Benetton y de recuperar a uno de los grandes que estaba en el CTI (Ferrari). Schumacher sacudió al propio Ayrton Senna y jamás perdió la obsesión por ser el número uno de su deporte. Ahora que está a las puertas del octavo título, no cabe otra cosa que ponerse de pie frente al televisor para aplaudirlo.

Un fanático de la F1 del Cordón Montevideo Teros vs Aguilas

Vi a los Teros el pasado sábado en el Parque Central. ¡Fueron lamentables! Son viejos, bajos, gordos. No tacklearon, no atacaron, no hicieron nada bueno, además pegaron piñas. Las excepciones fueron las patadas (y nada más) de Menchaca y Juan Campomar. Así no se puede jugar contra EE.UU.

Soy un chico de España, de Jerez de la Frontera (Cádiz). Le envío a Darío Silva, desde España, un fuerte abrazo y todo mi apoyo y mi deseo de que tenga una pronta recuperación. Yo soy jugador de fútbol amateur, y le tengo mucho aprecio. Siempre he seguido a Darío Silva; es un jugador inigualable, se entrega en el campo y lo vive a 100%. Es también una persona con mucha fuerza y, sobre todo, con ganas de vivir. Darío, estamos toda Andalucía y España contigo. Tengo muchas ganas de estar ahí contigo, dándote todo mi apoyo. ¡Adelante que puedes, y Dios está contigo!

Lamento muchísimo lo que le pasó a Darío Silva. Por eso, le envío todo el apoyo de mi parte, a él y a su familia, pues es un momento muy delicado el que están pasando. Agradezco además a El País por este espacio que nos permite enviarle mensajes a Darío para que, de una manera u otra, sienta que no está solo y reciba apoyo anímico. Yo escribo desde Guatemala y soy hincha de Peñarol, pero en este momento soy solamente otro uruguayo más preocupado por Darío.

El jueves pasado tuve la oportunidad de ver el partido que enfrentó a Nacional y Boca por televisión satelital, aquí en Inglaterra. Por la diferencia horaria, son raros los partidos que veo de las ligas sudamericanas pero ese enfrentamiento no me lo quise perder. El partido prometió, más que nada por la presencia de un cuadro grande como Boca Juniors, un equipo que suele mostrar al hincha un fútbol ofensivo y atractivo. El once argentino decepcionó en casi todos los aspectos. Pero lo que realmente me sorprendió y convenció fue el juego del equipo uruguayo. Nacional jugó 30 minutos infernales al puro estilo inglés, es decir con agresividad y lucha pero sin juego sucio. Según mi opinión, Nacional habría arrollado a Boca a no ser por la expulsión tan innecesaria. Sin ella, hubiera podido ser una goleada histórica. Si Nacional sabe desplegar ese talento y esa garra en Salta, tendremos a un equipo uruguayo en cuartos de la Copa Sudamericana. Ningún equipo, ni siquiera el xeneize, sabría aguantar esa presión, y si Nacional no se deja intimidar por el ambiente, la eliminatoria se podrá saldar con balance positivo para Nacional. Se lo merecen por la actitud del jueves pasado.