Mejores policías

Es la primera vez que las investigaciones de opinión pública sitúan el tema seguridad al tope de la tabla en las inquietudes de la gente. Después del desempleo ese es el asunto que más preocupa, prueba de que el aumento de los delitos y la ineficacia policial calaron hondo en la población.

Mucho se hablará de ello en la inminente campaña electoral en la cual, seguramente, se oirán propuestas variopintas. Algunas ya han trascendido y pegan siempre en las mismas teclas. De un lado se dice que deben atacarse las causas del flagelo tales como la pobreza, la marginación y la falta de educación. Del otro, que hay que redoblar la represión y aumentar las penas.

Aunque hay elementos aceptables en ambos planteos, ninguno enfoca el problema en sus debidos términos.

Las consabidas tesis "progresistas" del ataque a las causas sociales son una manera de promover la inacción pues habrá que aguardar el día en que se extingan las diferencias sociales y que ningún sector esté con necesidades insatisfechas para ver si la delincuencia se reduce. Es decir, a la espera de una situación ideal que no es la panacea pues dista de estar probada la correlación entre bajos índices de delito y sociedades ricas o con menos desigualdades. Asimismo, la teoría de la mayor represión, puesta en práctica en otros países, no ha mostrado su absoluta efectividad.

Entonces, qué hacer. Las modernas concepciones en la materia insisten en acrecentar la eficacia de los procedimientos policiales. Ante todo, prevención y, sobre todo, servicios policiales altamente capacitados. La clave es que el delincuente sepa que las posibilidades de ser descubierto y capturado son cada día más elevadas. Que tenga claro que quien la hace la paga y que no habrá crimen sin castigo.

Hoy la ciencia brinda instrumentos -el ADN por ejemplo- que facilitan las pesquisas. Para ello se requieren policías más educados y especializados, quizás cuadros menos numerosos que los actuales, pero mejor retribuidos y preparados. Una policía tecnificada y bien equipada, capaz de atrapar al asesino, al violador o al ladrón es la manera inteligente de enfrentar el auge de la delincuencia.

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