La polémica por la compra de una estancia de 4 mil hectáreas por parte del Instituto de Colonización crece como una bola de nieve. El presidente Orsi dejó mal parado al presidente del Instituto, que antes había calificado de “burros” a los más respetados constitucionalistas del país. ¡Y al propio Orsi! Ahora se sabe que buena parte de ese campo es inundable, y que la compra no incluiría los elementos de riego. Un ejemplo de derroche e improvisación como se ha visto poco.