Montevideo es un fiesta por estos días debido a la Bienal de Arte que se inauguró el pasado viernes. Impulsado por un grupo de empresarios privados, este evento ha puesto a la ciudad en el mapa cultural global, atrayendo a artistas de vanguardia de varios países. Resulta una experiencia singular observar el histórico edificio del BROU en Ciudad Vieja reconvertido en un centro para las artes. Casi tan interesante como ver a buena parte del nuevo "establishment" oficialista, otrora duros activistas políticos y gremiales, disfrutando de la muestra con una copa de champagne.