Sin grandes acuerdos

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Transcurren los primeros meses de la administración Orsi y hay una constatación política de fondo: no se verifican grandes acuerdos entre por un lado el Frente Amplio (FA) y por el otro los partidos que conforman la Coalición Republicana (CR).

Alguien podrá decir que eso no es tan así porque se lograron acuerdos para la integración de los entes estatales que se tradujeron en los necesarios apoyos en el Senado. Sin embargo, las designaciones así propuestas en realidad están relativamente fijadas por la Constitución de la República. No ha sido el talante de ningún bloque contrariar los textos y las prácticas que hace ya lustros que fijan ciertos criterios aceptados. Se podrá decir también que la votación de los dos diputados cabildantes en ocasión de la rendición de cuentas junto con el Frente Amplio muestra que sí hay acuerdos; empero, se trató de una actitud puntual, que en nada representa a la CR, y que nadie sabe si continuará en el tiempo.

Lo cierto es que cuando se empezaron a tratar lineamientos de gobierno fue quedado claro que hay diferencias importantes entre un bloque y otro. En materia de diagnóstico, quedó claro que hay diferencias relevantes en lo que refiere a la situación financiera heredada por esta administración, expresadas por Oddone y Arbeleche.

En materia de medidas tomadas, es claro por ejemplo que a nivel del Ministerio de educación - con la marcha atrás con las Universidades privadas -, como a nivel del Ministerio de relaciones exteriores - que dejó de lado la prioridad de integración al Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico y pasó a privilegiar un regionalismo relativamente intrascendente con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -, las diferencias entre esta administración y la anterior han sido muy marcadas. Y están también las diferencias más estridentes y conocidas por la opinión pública, en particular con relación a las numerosas autoridades del gobierno que por distintos problemas e irregularidades han tenido que renunciar apenas fueron nombradas.

Hay un diagnóstico político bien diferente. Desde el FA, su actitud condice con la que siempre ha mostrado en tiempo de victoria: gobierno de mayoría y que el resto lo acepte. El inconveniente de contar sólo con 48 Diputados sobre 99 en total, seguramente se piense que podrá ser siempre resuelto con negociaciones puntuales para convencer a un par de Diputados. Desde los partidos de la CR, su actitud condice con una oposición que leyó bien los resultados electorales: el oficialismo tiene mayoría sólo en el Senado, y por tanto si quiere alcanzar mayorías debe negociar e ir por un camino que convenza a la oposición de manera de conseguir sus votos. De otra forma, no hay por qué votar ideas y proyectos que lleguen desde la izquierda, ya que ese no fue el mandato del pueblo votando en octubre de 2024.

Es muy importante que la oposición conserve ese lineamiento. Es decir: importa que no ceda ante una especie de embestida oficialista que intente forzar las cosas de manera de imponer sus ideas y programas de acción. Porque detrás de esa oposición está la mitad (mayor) del país que no prefirió al FA en octubre, y que por tanto debe verse fielmente representada. Obviamente, en la foto parlamentaria que dejó fijada esa elección de octubre, es a la Cámara de Diputados que compete el mayor protagonismo.

Por suerte, la CR cuenta con experimentados dirigentes en Diputados que son capaces de conducir esta línea política. Entre los blancos, se destacan figuras como Pablo Abdala, Juan Rodríguez, Diego Echeverría o José Luis Satdjian, por ejemplo, que unen experiencia parlamentaria con renovación generacional hecha de activa participación ejecutiva, todo lo cual asegura la buena defensa de las posiciones opositoras al gobierno. Algo parecido ocurre con figuras como Conrado Rodríguez, Felipe Schipani, o Gabriel Gurméndez, por ejemplo, en el Partido Colorado. La configuración parlamentaria de estos cinco años hará pues que sea la Cámara de Diputados, y no tanto la del Senado donde tradicionalmente se encuentran los dirigentes partidarios más relevantes, la que lidere el enfrentamiento entre oficialismo y oposición.

Muy pronto estará en el horizonte la resolución de la crisis de la caja de profesionales o la voluntad del Ejecutivo de crear un ministerio de Justicia. Aquí también serán los Diputados de la CR los que deberán marcar la diferencia con el FA, de manera de bien representar a la mitad (mayoritaria) del Uruguay que no es frenteamplista.

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