“¡Se acabó el recreo!”

Ese fue el grito de guerra, y promesa a la vez , con el que no hace ni 7 años, Cabildo Abierto con el general Manini Ríos a la cabeza irrumpió en la competencia política. Venían a poner fin al desquicio de 15 años de “progresismo”; de lo que significaron al país los tres gobiernos de la coalición de izquierdas, Frente Amplio.

Muchos lo vieron así y creyeron. Le fue muy bien a Cabildo en las elecciones del ’19. Hoy la mayoría de aquellos seguidores y votantes se pregunta sobre que implicaba lo de ¡se acabó el recreo!: si mandarlos a sentar o si por el contrario pedirles un lugarcito para sentarse junto a ellos, como aparentemente está ocurriendo.

De entrada, y desde casi todos los costados, vituperaron sin tregua a los cabildantes; le llamaron fascistas, nostálgicos de la dictadura militar, de ser la ultra derecha: de ser la JUP (Juventud Uruguaya de Pie ) “aggiornada”. Nada cierto, pura campaña sucia. Los calificaron de neoliberales o liberales, también falso: son confesos antiliberales. Sí son de derecha, conservadores, intervencionistas, con pretensiones de decirle a la gente cómo hacer para alcanzar la felicidad, lo que no es más que, con sus matices propios, sumarse a una gran montonera.

Pero decepcionaron y en tan solo cinco años perdieron casi todo el capital y el poco que les queda lo están manejando bien mal: puede que no les dé ni para asegurarse otros cinco años con los que alguno sueña.

Hicieron mérito; se equivocaron. Además de esa arenga del recreo, el conductor hostigado por un fiscal, -que coincidentemente era muy allegado y hasta familiar de “el famoso Fiscal de Corte”-, dijo que no se ampararía en los fueros parlamentarios que iba a gozar como senador electo. En el caso era muy claro que la responsabilidad cabía al presidente de la Republica primero y al ministro de Defensa segundo y solo muy agarrado de los pelos, como venía, podía alcanzar al Comandante en Jefe. Era una fácil batalla, pero a la vez una gran batalla para desnudar cosas de una fiscalía, en la que el “famoso” seguía pesando. Quizás, y sin quizás, con esa batalla se hubiera frustrado la carrera sin frenos del “famoso” que hoy apadrina embajadoras y crece mucho en poder. ( Con votos de CA, precisamente). Pero el líder no lo hizo. Se acogió a los fueros. Hubo argumentaciones que justificaban su actitud, pero para el público y en particular muchos de sus seguidores, ¡arrugó!

Y a partir de ahí hubo más tropezones, que alimentaban la crítica. Desde la izquierda - la hoy amiga- no le daban paz y desde Colonización, por ejemplo, un hombre del MPP, - hoy amigo- lo castigaba sin cesar por unos campos que tenían algo que ver con el INC. Es extraño; llama la atención que hoy sea gente de CA la que obstaculiza investigar lo de la estancia en Florida. ¡Atentos!,

Hubo traspiés varios de dirigentes de CA que actuaron en el gobierno anterior; el más connotado fue el del Ministerio de Vivienda. Todo fue contribuyendo al desmoronamiento. Y se dio

CA fue recibido y acogido desde el principio por la Coalición Republicana de Blancos, Colorados e Independientes como un legítimo miembro más. Sin embargo, no fue muy agradecido, por momentos era una especie de azote y una máquina de poner piedras en el camino. Hubo quienes hablaron de “quinta columna”. Exagerados, sin duda.

Aunque más de una vez votaron con el Frente Amplio iniciativas que no prosperaron, es cierto, pero que marcaban una conducta que de alguna forma sorprendía. La que más, fue la de aquel aditivo, a cuya inclusión condicionaban su apoyo a un proyecto de ley, que decía así: “(Del derecho de los ciudadanos). - Los ciudadanos tienen el derecho a recibir una comunicación política de manera completa, imparcial, seria, rigurosa, plural y equilibrada. Los servicios de difusión regulados por la presente ley tienen el deber de brindar a los ciudadanos información, análisis, opiniones, comentarios y valoraciones de manera completa, imparcial, seria, rigurosa, plural y equilibrada entre los actores políticos y respecto a los mismos” …

Muy totalitario, muy autoritario, los del Frente se relamían, es con lo que sueñan, pero no se animan y disimulan. Pero esos parecidos son elocuentes, y más hoy.

CA tiene mucho para revisar. Lo que se llama hacer autocrítica o por lo menos mirar las cosas sin autoengañarse y así explicarse el porqué de la caída. Servirá también para el hoy, en que nadie sabe en donde están ni hacia donde van. Ser parte de la otra, puede ser, pero que no se equivoquen: no será como en la CR, ahí sí que en serio se les acaba el recreo.

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