Durante largo tiempo el tema de la "pastera" (como le dicen los argentinos a la planta de celulosa del Río Uruguay, se centró únicamente en ella y su eventual efecto contaminante. El caso ahora está cerrado: la planta no contamina y no será trasladada.
Esto permite desviar la atención de los adictos a este tema. A los que exclaman "no a las papeleras", sin advertir que el asunto puede tener un efecto "boomerang". Decimos esto porque en Argentina hay 12 papeleras distribuidas en varias provincias. Algunas son modernas, pero otras son de a vetustas y peligrosas para el ambiente. Hay una que contamina el Riachuelo, y no podemos olvidar que el Riachuelo es un afluente del Río de la Plata, compartido con Uruguay. ¿Podría esto ameritar una acción del gobierno uruguayo?