La Torre de Babel

EN el Génesis (Capítulos 10 y 11), la Biblia enumera las familias de Noé, sus descendientes y cómo se distribuyeron la tierra después del diluvio. "Toda la tierra era de una sola lengua y de las mismas palabras y ellos decidieron edificar una ciudad en tierras de Shinar, Mesopotamia y una torre cuya cúspide llegaría al cielo, para ser famosos". "Un altar a su intelecto". Descendió Jehová, vio la torre en construcción, fruto de la ambición de los hombres y resolvió confundir su lenguaje. Entonces suspendieron sus obras porque ya no se entendían. Aquella torre se llamó Babel, que parece ser un derivado de una antigua palabra hebrea: "Blba", que significaba embrollar o confundir. Pero hay una torre que también fue un embrollo y una confusión y que se construyó mucho después.

ERASE un país que quiso construir en su ciudad capital —que era distinta a Shinar, la de la Biblia, aunque se parecía bastante por lo descuidada y desaseada— una gran torre parecida a la de Babel. No iba a llegar hasta el cielo, aunque sería muy alta. Pero tuvo sus problemas desde el momento en que se decidió la obra. Se discutió su alto costo cercano a los noventa millones de dólares —tomando esta referencia a fines del siglo XX— su construcción sin llamar a concurso, lo que tampoco se hizo en la torre de Babel, la ubicación en una orilla barrosa, el problema lateral de la supresión de una vieja "chimenea municipal" en el mismo terreno, la sorpresiva aparición de unos noventa millones de dólares para viviendas de marginados —con lo cual se pretendía atenuar las críticas a su muy alto costo— el hecho de financiar una inversión con tarifas, y otra cantidad de temas de dudosa comprensión para el ciudadano común de aquel hermoso país.

PERO además, el destino inicial era para comunicaciones y como se construyó en la parte baja de esa ciudad, se confundirían las lenguas y las comunicaciones, como pasó en la Mesopotamia. Entonces la obra sólo podía destinarse a oficinas, faltando una gran antena, y con los pisos superiores no utilizables. Con todo, la ciudad en cuestión tendría otro "edificio faraónico" (como solía calificarlos un ilustre Consejero de nombre Martín Etchegoyen, refiriéndose a otros tantos construidos en la primera mitad del siglo XX en ese país), para oficinas, en lugar de redimensionar el Estado.

Y quedó abandonado el complemento social antes anunciado con bombos y platillos: el destino de otros noventa millones para erradicar sufridos y tristes barrios paupérrimos, también ubicados sobre barro, como la torre. Otro argumento utilizado al principio era el de revitalizar una zona más que deprimida, abandonada, por medio de un proyecto del municipio de la ciudad, llamado "Plan Fénix". Pero el tal plan, ideado sobre la idea de aquella ave fabulosa de la mitología egipcia, esta vez no logró "renacer de sus propias cenizas". Simplemente no se hizo nada. La torre quedó sola, en una zona despoblada, que hace muy incómodo su acceso para los usuarios de sus servicios de oficinas. Sólo dos nuevas construcciones la acompañan entre viejas y vacías construcciones y terrenos baldíos. Una especie de cilindro para sala de convenciones (?) y una diminuta estación ferroviaria, ignorándose el destino de una antigua y majestuosa estación hoy en desuso.

ENTRETANTO siguen surgiendo muchas preguntas en aquella ciudad, preguntas que quedan sin respuesta. ¿Por qué se construyó en un terreno bajo y arenoso junto a una bahía? ¿Qué destino útil y eficiente tendrá? ¿A qué sector de la sociedad prestará algún beneficio? ¿Quién asume hoy la responsabilidad de todas esas "desprolijidades"? ¿Por qué costearon la obra los usuarios?

Pero lo definitivo es que la nueva torre de Babel así quedó, para el orgullo de algunos y las dudas de muchos, semiterminada y para uso principal burocrático. Sólo faltaría una obra artística que la represente, como la famosa pintura del flamenco Peter Bruegel, que expresa la vieja torre de Babel inconclusa.

En fin, recordando a San Juan (19:30), "Consumatum est".

La renuncia de Bordaberry

El anuncio realizado por el ministro de Industria, Energía y Minería, así como de Turismo, Pedro Bordaberry, en el sentido de que dejará de lado parte de sus obligaciones, es algo sensato.

Si bien Bordaberry ha demostrado ser un ministro solvente, no parece razonable que se prolongue más en el tiempo la acumulación de funciones ministeriales que agrupa hoy en su persona.

Bordaberry dijo que será en el futuro sólo ministro de Turismo y Deporte, aclarando que "no se puede trabajar en Deporte, Turismo, Industria, Energía y Minería, eso es una locura, es un esfuerzo sobrehumano".

Estamos totalmente de acuerdo y muy probablemente se optimizarán las acciones de los ministerios citados, con el cambio que se anuncia ha de concretarse en las próximas semanas.

El tesoro de los Röhm

Cinco autos antiguos, un bote deportivo y una embarcación auxiliar, fueron secuestrados por orden judicial en la estancia La Arcadia, que se afirma fue de los hermanos Röhm.

Cuando el martes pasado dichos bienes fueron llevados desde Conchillas a un depósito en Carmelo, el público gritó y aplaudió, escuchándose expresiones como que "se estaba haciendo justicia".

Lamentablemente, la incautación referida no pasa de ser un golpe de efecto en un triste caso. Los vehículos y embarcaciones tienen un valor muy limitado, frente al volumen del ilícito que motiva estas acciones.

¿Es esto todo lo que se ha podido secuestrar? ¿Se habría podido retener bienes realmente valiosos si se hubiera actuado con mayor diligencia? Son interrogantes que quedan planteadas y que es de esperar vayan siendo contestadas.

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