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Izquierda, relato y realidad

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Avanza la campaña y llama la atención el divorcio que hay entre el relato de izquierda de lo que ocurre en el país, y los datos de la realidad de lo que efectivamente está pasando en la economía y la sociedad uruguayas.

¿Qué dicen los candidatos del Frente Amplio (FA)? Que es un gobierno sin rumbo; que no hay nada realmente importante y positivo para reconocer de lo actuado por la administración Lacalle Pou en estos años; que la situación económica está peor que antes -más desigualdad, menos poder de compra, más pobreza-; que estamos en una crisis de inseguridad como nunca antes; y que debe ganar la izquierda para revertir muchos de los cambios que se aprobaron en estos años, incluso algunos que fueron ratificados por el pueblo en el referéndum de marzo de 2022 con relación a la ley de urgente consideración.

¿Qué dice la realidad de los datos de lo que ocurre en la economía y en la sociedad, y qué perspectivas razonables se están abriendo de aquí a la primavera en la que deberemos votar por un nuevo gobierno hasta 2030? En primer lugar, la inseguridad sigue siendo un problema grave, pero la situación estuvo mucho peor entre 2018 y 2020. En efecto, hemos mejorado radicalmente en que hay menos rapiñas, menos abigeatos y menos hurtos que hace cuatro años. En la cantidad de homicidios también se ha mejorado, aunque es claro que ellos se han concentrado en ciertas zonas del país -como la periferia de Montevideo-, y que hay muchos que resultan de enfrentamientos entre bandas criminales en un contexto de mucho mayor represión del narcotráfico hoy que hace cuatro años.

En segundo lugar, la situación económica ha mejorado radicalmente y es completamente diferente a lo que narra el relato del FA. Los salarios reales han crecido incluso a niveles superiores a 2019; la cantidad de trabajadores en situación regular con sus aportes al BPS nunca ha sido tan alta y señala un fuerte incremento de trabajos formales; la creación de empleos hace que estemos hoy con mayor población trabajando que en 2019; y los ingresos de los hogares, como consecuencia de esos aumentos de salarios reales y de mayor cantidad de trabajo, también son superiores a 2019.

Si algún desconfiado creyera que esos datos estadísticos públicos y oficiales no fueran ciertos, están otros datos que van en el mismo sentido y hablan de un mayor consumo de las clases medias: hay récord de ventas de vehículos 0 km, y de ventas de paquetes de turismo nacional e internacional para la semana de turismo; y hay un enorme auge de la construcción en todo Montevideo, por ejemplo, que habla de miles de inversores nacionales y extranjeros que apuestan por el futuro del país.

Además, a nivel macroeconómico se constata una suba de exportaciones con relación al difícil año pasado de una agropecuaria que sufrió su peor sequía en décadas; el riesgo país está en lo más bajo del continente con mejoras históricas en la calificación de nuestra deuda que hace que podamos seguir manteniendo financiamiento internacional a bajo costo; la inflación anualizada está entre las más bajas de las últimas dos décadas; y es muy probable que logremos una suba de nuestro crecimiento en este año con relación a 2023.

Los datos sociales también son contundentes.

Es evidente que la mejor política contra la pobreza es la multiplicación de empleos: se crearon más de 80.000 en estos años. Pero es evidente también que Uruguay es el mejor país de la región cuando se mira cómo se salió de la pandemia: menor suba relativa de la pobreza; mayor rapidez para recuperar poder de compra de los salarios; rápido proceso de baja de la cantidad de hogares por debajo de la línea de pobreza ya en 2022; y una desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini que prácticamente no se movió desde 2018.

Cuando se suman todos estos datos de la realidad, que provienen de fuentes estadísticas diversas, es imposible aceptar que el país no tiene rumbo, que la desigualdad aumentó, que no hay nada que reconocerle al gobierno y que estamos en general hoy peor que en 2019. Afirmar todo eso forma parte de un relato izquierdista que seguramente tenga éxito dentro del comité de base, es decir entre quienes desde el 1° de marzo de 2020 están convencidos de que gobierna una coalición antipatriótica y neoliberal. Empero, para el resto de la población, debe quedar claro que se trata de un relato falaz.

Hay que combatir este relato izquierdista en esta campaña electoral. El Uruguay merece seguir caminando por la senda del desarrollo.

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