Divorcio en puerta

Las críticas más duras a las políticas del gobierno están proviniendo, sorpresivamente, del propio Frente Amplio.

Cabe preguntarse si es casual que distintos actores políticos y sindicales estén poniendo en duda la calidad de la gestión, cuando deberían respaldarla por una obvia coincidencia ideológica. Pero no es así.

Las redes bullen en críticas de militantes a las decisiones del gobierno, al que reclaman desde la ruptura de relaciones con el estado de Israel hasta una mayor generosidad en la asignación de recursos presupuestales para determinadas áreas.

Si esto se diera en el plano del intercambio de ideas, no revestiría gravedad.

Pero el tono insultante de muchas declaraciones da cuenta de que las llamadas “bases” políticas y sociales están hartas de lo que atribuyen a una tibieza de gestión, más apegada a la continuidad de la administración Lacalle Pou que al “cambio” tantas veces prometido.

La frazada corta del presupuesto ha dado lugar a todo tipo de invectivas. Hace unas semanas, la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) declaró que “la Educación Pública no es prioridad para el Gobierno Nacional”. Señalan que “el mensaje presupuestal del Poder Ejecutivo marca una tendencia que, de no modificarse sustantivamente, además de incumplir compromisos electorales, conduce a una reducción de la participación del presupuesto educativo con respecto al PBI proyectado por el mismo gobierno al final del período”.

Por su parte, la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR), dependiente del Pit-Cnt, ha declarado “persona no grata” al director de la OPP y ex rector de la Udelar Rodrigo Arim. Por un lado, critican acremente su anterior ejercicio al frente de esa casa de estudios, calificándola como “siete años de gestión de un rectorado a espaldas de los trabajadores”. Por el otro, manifiestan que “hoy, desde la OPP, el mismo Arim desconoce el presupuesto universitario que contribuyó a elaborar, y califica la propuesta presupuestal -que solo contempla un 3,43% del pedido universitario- como ‘satisfactoria’, en abierta contradicción con la realidad de una Universidad que reclama recursos para cumplir con sus funciones sustantivas: académicas, sociales y de investigación, y que enfrenta las consecuencias del desfinanciamiento”.

Otro sindicato, la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), se escandaliza públicamente de una noticia aparecida en la web de Presidencia de la República, celebrando que el presidente Orsi acordó en Nueva York la llegada al país del Centro Adam Smith, un think tank de la Universidad de Florida que, según Fenapes, “tras la fachada de una casa universitaria, reúne a políticos de derecha y extrema derecha promotores de Estados Unidos y su vocación imperialista”.

Por si esto fuera poco, ya no son solo sindicalistas -usualmente votantes del FA- los que se quejan del gobierno.

Según informa Montevideo Portal, un grupo de 80 militantes frenteamplistas “de a pie”, disconformes con la gestión oficialista, convoca a un encuentro para mañana sábado bajo la consigna “Frenteamplistas: tenemos que hablar. Por un Frente Amplio con el corazón a la izquierda”.

Su vocero, Enrique Ortega, declara que el grupo está integrado por miembros de todos los sectores del FA: “durante mucho tiempo, esos militantes guardaron silencio porque se encontraban en una encrucijada. ¿Cómo criticar fraternalmente, con la lealtad de un frenteamplista, sin dar pasto a los adversarios del FA?”.

Observa que los gobiernos de izquierda de la región (Colombia, Brasil y Chile) “no cuentan a Uruguay como un posible aliado para oponerse al abuso imperial. Esto de llamar guerra o conflicto a un genocidio nos duele en lo más profundo”.

Claman por la aplicación del impuesto al 1% más rico y critican “una mentalidad un tanto conservadora: no tocar al gran capital ni con el pétalo de una rosa te da la pauta. Es como un matrimonio: las diferencias son insalvables”.

Lo más revelador es cuando reconoce que “antes sucedió que muchos optaban por el silencio porque decían que, si se criticaba, íbamos a perder las elecciones de 2019. Bueno, por no hacerlo perdimos”.

Los periodistas de Montevideo Portal, siempre ingeniosos en la titulación de sus noticias, eligen para esta la pregunta “¿Divorcio en puerta?”

Valdría la pena quitar los signos de interrogación a dicha frase, a ver si de una vez por todas los radicales y moderados de la izquierda dan fin a su gravoso matrimonio por conveniencia.

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