Los adelantos sobre las pautas salariales y la pasividad del gobierno para con la violencia sindical del Suntma confirman que el ministro Juan Castillo viene ganando “batallas” en estos primeros 15 minutos del partido, a la interna del gobierno. En casi todas las cosas que uno puede imaginar una pulseada entre la racionalidad y el sentido común “oddonista” y las fuerzas más retrógradas del Frente Amplio, son estas últimas las que sacan una ventaja.
Empecemos por las pautas que conoceremos de forma completa mañana. Lo conocido hasta ahora indica que poquito, o casi nada, va a quedar de la famosa desindexación que proclamó Gabriel Oddone. Aparentemente solo los trabajadores de mayores ingresos tendrían algo de desindexación, trabajadores que notoriamente no dependen de lo que se acuerde en una mesa de negociación colectiva, sino que por su productividad tienen la capacidad de negociación para presionar por su propio salario. Tanto a los trabajadores de menores ingresos, como a la franja intermedia (en la que está la mayoría de los trabajadores) se les garantiza la indexación que Oddone sabe dañina para el interés general de la economía. Cuesta entender qué es lo que el ministro de economía obtuvo en esta negociación, ¿la simbología de “desindexar” los salarios de mayores ingresos?
Además, tal como señalaba ayer Hernán Bonilla en estas páginas, el criterio de “achatar” la pirámide salarial tiene varios problemas anexos y muy probablemente aumente los problemas de empleo e informalidad para los trabajadores de menor calificación. Cualquiera que haya seguido a Gabriel Oddone en los últimos años tendería a pensar que esa política no es su forma de ver el mundo; más bien que perdió una batalla interna con la forma de ver el mundo del ministro Juan Castillo.
Pero más indignante que unas pautas salariales que restauran lo que el Frente Amplio hizo los 15 años anteriores (destruyendo mucho empleo los últimos 5), indigna la tolerancia con la patota sindical que destruye trabajo y riqueza sin pruritos. ¿Qué tiene que pasar para que Orsi, Sánchez, Oddone, Castillo, Fratti o alguien haga algo en el conflicto de la pesca? Cuesta mucho entender cómo todo el Poder Ejecutivo asiste en silencio a la parálisis más irracional que se le ha hecho a un sector económico y social por puro capricho de unos pocos sindicalistas violentos.
Se sabe hace mucho cuáles son los métodos del Suntma. Un sindicato prepotente, cuando no directamente xenófobo y violento. Ayer se conocieron filmaciones en la sede del sindicato: en un video se ve cómo un sindicalista se encierra con otra persona en una habitación para darle una golpiza. En el otro video vemos a un marinero agremiado al Suntma buscar a un dirigente sindical para arreglar sus problemas con un corte mediante por un desacuerdo en cómo se gestionó un conflicto sindical en el que los trabajadores terminaron denunciados penal y civilmente. Las personas a las que les ha tocado tratar con este gremio tienen clarísimo el tipo de sindicalismo que promueven.
Porque la violencia física es solo la parte más escandalosa de una forma de proceder que ha-ce del conflicto el único camino conocido. Es inaceptable que algunas decenas de radicales violentos sindicalizados tengan el poder de cortar el trabajo de miles de personas disparando sobre la línea de flotación de la fuente de trabajo de tantos y de la supervivencia de las propias empresas. Son personas con un trabajo duro, pero con buenos salarios en comparación al nivel general de nuestro país. Sin dudas son trabajadores mucho mejor posicionados que las 2000 empleadas de las plantas procesadoras que ganan salarios del entorno de los $ 40.000 contando adicionales. ¿Qué piensa Oddone de todo esto?
Podríamos citar también el cambio en las certificaciones médicas, en el que se accedió al reclamo de COFE y “Joselo” López de suspender el nuevo régimen, la ampliación del subsidio genérico del supergás (que todos los economistas saben ineficiente y regresivo), o la absurda compra de la estancia “María Dolores” para Colonización. Todas las cosas por las que uno se supone Oddone no debe estar muy feliz.
En resumen, en estos cuatro meses, el ministro de economía tiene varias más perdidas que ganadas. Sin dudas aún queda mucho, en este mismo 2025. La resolución de la ronda de negociación colectiva y del presupuesto quinquenal terminaron de despejar el panorama y de mostrarnos el poder relativo de cada uno en este gobierno. A esta altura del partido parece claro que los “castillos” van 1 a 0 arriba del “oddonismo”.