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Riesgos en tiempo de pandemia

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@|En estos tiempos de pandemia, en los que nos ha sido dado vivir, hemos observado con detenimiento las medidas que ha debido adoptar nuestro gobierno para transitar por el delgado equilibrio que supone la vigencia de la democracia, en un Estado de Derecho que se precia de tal. Felizmente a nuestro entender, la defensa del concepto de “libertad responsable” ha marcado la diferencia, tanto en nuestro país como con respecto a nuestros vecinos de la región y de la “aldea global” de la que somos parte.

Por ello, la decisión de limitar transitoriamente algunos derechos humanos de primera generación como el derecho de reunión o el derecho al trabajo, cuando no lisa y llanamente la interrupción de algunas actividades presenciales como las educativas, buscan limitar la propagación del virus.

Los aforos, protocolos sanitarios y limitación de movilidad y horarios de algunas actividades no han hecho más que atender las recomendaciones científicas, sin perder de vista la necesidad de mantener las actividades económicas que, en definitiva, son el oxígeno de quienes deben llevar el pan a la mesa de sus familias.

Todo ello además, avalado por el grupo de científicos que honorariamente hace más de un año, brindan sus conocimientos en forma no vinculante, para contribuir luego, en la toma de decisiones políticas que resulten a juicio del Poder Ejecutivo, y a su criterio y responsabilidad, las más acertadas.

Mientras se sigue insistiendo con las cuarentenas obligatorias y hasta el toque de queda, e incluso el aumento de mayores medidas de control social, no debiera perderse de vista el riesgo que supone para el propio sistema democrático y republicano, la adopción de posiciones totalitarias que impliquen incluso llegar a estigmatizar a las personas violando hasta su derecho a la privacidad.

Algunos proyectos de ley van por la cornisa muy delgada que separa: la libertad de la opresión y pretenden transformar “delitos de daño” en “delitos de peligro”, con la sanción penal correspondiente. Incluso otros, que impondrían la prohibición de ingreso a un espacio a quienes no demuestren haberse vacunado, con el mentado fin de lograr que más personas se vacunen, estigmatiza y violenta a nuestro entender la privacidad de las mismas.

Hoy el almacenamiento y transmisión de datos personales a través de nuestros mismos celulares, nos muestra mucho más vulnerables, y en algunos países se han utilizado aplicaciones a los teléfonos móviles para rastrear hasta la propagación del coronavirus. Sin embargo, no accedemos con igual facilidad a conocer hacia dónde se han destinado nuestros recursos en tiempos de emergencia sanitaria.

Para fortalecer el sistema democrático es fundamental que los organismos de contralor también manejen esa información. Es sabido que: “el conocimiento es poder”, y en los tiempos que vivimos, esto tiene una enorme significación ya que hoy, ese almacenamiento de datos conforman verdaderos “sistemas de vigilancia” que muchas veces en lugar de liberarnos, puede someternos a un yugo que inicialmente no advertimos.

Para superar esta pandemia, apostemos a la libertad responsable, de cara a un Porvenir más venturoso para todos.

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