Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|La elección de la Coalición como única salvación.
El Frente Amplio vuelve a demostrar su desprecio por Montevideo al imponer a Mario Bergara como candidato a la Intendencia. Un hombre que, aunque vistió saco y corbata en sus cargos anteriores, sigue atado a la lógica fracasada del progresismo y al dogmatismo del estatismo feroz. La izquierda uruguaya ni siquiera se esfuerza en disimular su arrogancia: creen que podrían poner una heladera como candidato y aún así ganar.
Bergara es el “gran perdedor” de las internas frentistas. Sus intentos de liderar el partido quedaron en nada, y su rol como candidato a la Intendencia no es más que una estrategia desesperada del FA para mantener el control de Montevideo, usándola como trampolín para una futura candidatura presidencial. La historia se repite: la Intendencia ha sido el bastión donde la izquierda construye sus liderazgos, no para servir a la gente, sino para cimentar carreras políticas.
Montevideo: una ciudad condenada a más impuestos y más miseria
Los montevideanos llevan décadas padeciendo gobiernos frentistas que han sumido la ciudad en el caos. Calles rotas, transporte ineficiente, una crisis de limpieza que convierte la capital en un basural a cielo abierto y, lo peor, un aparato estatal que sube impuestos y gasta en cargos de confianza para amigos y operadores políticos.
Bajo la continuidad de estas políticas progresistas, Montevideo caerá como una piedra al fondo del estanque. Los impuestos seguirán subiendo, la deuda crecerá y la miseria se repartirá de forma “igualitaria”, como tanto les gusta decir, mientras unos pocos burócratas siguen enriqueciéndose a costa del esfuerzo de los trabajadores.
La Coalición como barrera contra el comunismo y el terrorismo del MPP.
La única opción para frenar esta decadencia es un cambio de rumbo. La Coalición debe presentarse como un muro de contención contra la absurda idea colectiva del comunismo, el reparto de pobreza y la violencia política que aún emana del MPP. Este grupo, heredero de la guerrilla, sigue imponiendo su visión autoritaria, con la mentira y el ataque como estrategias.
Montevideo necesita un gobierno que no solo repare calles y limpie la ciudad, sino que devuelva la dignidad y la libertad a sus ciudadanos. La Coalición debe asumir este desafío con firmeza; ¡es ahora o nunca!
Es el momento de decirle basta al Frente Amplio y abrir la puerta a una gestión eficiente, transparente y comprometida con el desarrollo real de la capital.
Montevideo no tiene porqué ser un cementerio de oportunidades. Puede volver a ser una ciudad pujante, moderna y con futuro. Pero para eso es urgente un cambio. Y el cambio solo será posible con un gobierno de la Coalición.