Carlos Ortega | Montevideo
@|De rigor es desearle lo mejor a los trabajadores que quedaron sin fuente laboral.
Un proceso silencioso y mercantil vivieron por estas horas los trabajadores y escuchas de M24, radio vinculada estrechamente con el MPP.
Las adjetivaciones pueden ser incluso cortas frente a la actitud de silencio público luego del silencio de radio; así, sin más, la radio fue vendida y sus trabajadores despedidos. Profundizando en el modelo que vivía la empresa y sus trabajadores, la precarización laboral parece ser la norma.
Esta realidad es transversal en muchos trabajos de los uruguayos. El descontento vino, sin embargo, por lo humano o la falta de, en la frialdad de la decisión y comunicación de la misma. En la falta de “sensibilidad de izquierda”.
Una frase y concepto marketinero bien penetrado en gran parte de la sociedad uruguaya con legitimación potente con relatos como “el presidente pobre”, fotos, videos y mateadas.
Ni el Frente Amplio, ni sus representantes, la gran mayoría de los comunicadores, ni el PIT CNT hicieron demasiado ruido con este tema. Silencio de radio.
Parece que conviene en este caso actuar distinto. ¿Silencio compañero? Pero... los que están enfrente son de los nuestros, trabajadores y militantes frenteamplistas... pero no son poderosos. Silencio de radio.
Dolor, soledad y frialdad en la comunicación de la decisión y consecuencias directas expresaron los trabajadores en las últimas emisiones de sus programas.
Las empresas con “sensibilidad de izquierda” no hacen caridad, si los números no dan, se cierra... como todas.
¿Dónde quedó el diálogo con los trabajadores? ¿La defensa de los puestos de trabajo? ¿Dónde quedó... la tan difundida “sensibilidad de izquierda”?
Creo que deberían llamarle “hipocresía de izquierda”. “¡Perdónalos Pepe, porque no saben lo que hacen!”.