Andrea Yelpo Ameztoy | Montevideo
@|Tras el bochorno y estupor ante la reacción de Cairo al ser descubierta en la omisión de sus obligaciones impositivas, son varias las resultancias positivas para la población en su conjunto:
1) El sinceramiento o denuncia de que varios correligionarios no cumplen con las obligaciones impositivas. Tal situación se puso de manifiesto con su comentario a los periodistas: “Seguramente hay un montón en política que tienen deudas, que van a tener que regularizar. Hay que acostumbrarse a eso chiquilines”.
2) De ser cierta la retención que realiza el MPP de los sueldos de sus afiliados, en particular de quienes ocupan cargos de confianza o electivos, se violenta el artículo 42 de la ley 18.485, sancionada en el año 2009, que establece el 15% de la retribución líquida como tope a la contribución a los partidos y no los 2/3 del sueldo como pareciera que estaría ocurriendo.
3) Al mismo tiempo, los parlamentarios de ese partido político estarían infringiendo el artículo 13 de la ley 19.823 al aprobar sus sueldos, ya que en su caso saben que en realidad esas suntuosas retribuciones tienen por única finalidad enriquecer las arcas del partido.
4) Finalmente, si una ex diputada, ministra y actual diputada no está en condiciones de cumplir con sus obligaciones tributarias, viene a confirmar lo que sentimos los habitantes comunes respecto a que no hay más espacio para el incremento de la presión tributaria (sea por la fijación de nuevos impuestos o incremento de los ya existentes -me refiero a la consolidación fiscal del finado Astori-).
Con respecto al comentario de Orsi ante la “renuncia” de Cairo: “Ya está, ya pasó”, cabe recordarle que los ciudadanos no somos niños (eso les decimos a nuestros hijos cuando se caen en la placita) y la ciudadanía será quién decida cuándo cerrará este debate.