La vara muy alta

@|Estamos casi en la mitad de un período de gobierno y la realidad nos muestra a un Presidente que, como no se veía desde hace muchísimos años, está dirigiendo una gestión gubernamental con altísimo nivel. Está dejando para las próximas elecciones “la vara muy alta”.

No cabe dudas que la ciudadanía está dividida en dos fracciones, respondiendo a visiones políticas distintas. Quizás entre un Estado responsable y un Estado populista (aunque se le intente llamar “benefactor”).

Por un lado, una coalición de 5 partidos con preeminencia de 3 de ellos de acuerdo al caudal de simpatizantes en las urnas. Por otro, un conglomerado de izquierda ideológicamente volcado a oponerse a todo lo que el actual gobierno proponga; esperando de tal forma el término del mandato, sin hacer ni proponer, por los años faltantes según su plan estratégico preestablecido.

El continuismo del gobierno de coalición es una necesidad imperiosa, habida cuenta que el ambicioso proyecto político elaborado durante 5 años previos a su asunción por el Presidente y un destacado equipo de asesores, ha sufrido la imprevisible pérdida de más de 2 años de gestión por la impiadosa pandemia que asoló a la Humanidad.

La oposición izquierdista, ahora mancomunada con el sindicalismo, ha demostrado en el último enfrentamiento de fuerzas su cohesión, manteniéndose a la par de la coalición y confirmando que su estrategia de reclamar y pedir consecuentemente, le ha permitido mantener su caudal electoral.

Presenta además, indiscutiblemente, 2 candidatos que dominan ostensiblemente su liderazgo partidario y que trabajarán como nunca para superarse en su gestión al frente de las 2 mayores Intendencias del país.
Por su lado, la coalición no parece presentar a la fecha de hoy una figura política que pueda aglutinar y emocionar a la ciudadanía como para, manteniendo su cohesión, ofrecer en las próximas elecciones una opción indiscutible que pueda alcanzar el reconocimiento que, sin dudas, ya y hasta el fin de su mandato, tendrá Luis Lacalle Pou.

¿Entonces? ¿No será el momento de creer que el Uruguay merece otro período de gobierno de una figura política indiscutible?; que actuando con preparación, inteligencia y dedicación ha logrado sorprender a adeptos y opositores. En una presidencia moderna, transparente, ordenada económicamente en la administración de los dineros públicos; impresionando al mundo, siendo incluso reconocido en estos años de pandemia como el mejor “Presidente de Latinoamérica”, envidiado, elogiado y puesto como ejemplo de cómo se debe gobernar un país.

Es el momento de pensar la factibilidad de otro período para Luis Lacalle Pou. Uruguay lo merece y en nosotros está lograrlo. ¡Trabajemos para ello!

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