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¡Es ahora!

Jorge Antunes | Montevideo
@|A usted que con frío o calor, con lluvia o sol, con ganas o no, se levanta todos los días para ir a trabajar. Puede que le guste o no, pero lo que sí tiene claro es que ese trabajo le permite poner el pan y el orgullo sobre la mesa.

Sí, a ustedes les pido que se levanten y hagan valer su voz.

¡Basta ya de los atropellos de un grupo que, disfrazados de trabajadores, son parte de un comité de base de izquierda radical que sólo persiguen conseguir su poder!

Viven de su esfuerzo, de su trabajo y dinero. Alcanza con verlos para darse cuenta que llevan un estándar de vida muy superior a la suya. Para ellos, ustedes son sólo una fuente de ingresos que utilizan en su provecho. Entiendan que los están usando y, con su silencio, ustedes se lo están permitiendo.

Piense: ¿qué tiene que ver el descarado apoyo unilateral en una lamentable guerra que se da en otro país, con su trabajo?

Portan escarapelas y banderas y los incluyen a todos ustedes sin su consentimiento, como si estuvieran en su causa común. Lo mismo se puede decir de la sede del Pit-Cnt, llena de retratos de Fidel y del Che Guevara.

¡Basta! Vuestros intereses van por otro camino. Ustedes deben interesarse en empresas que les aseguren un buen trabajo, un trato adecuado y un ingreso seguro. Por eso les digo: defiendan vuestros verdaderos intereses y dinero. ¡Es ahora!

Exijan que quienes los representen sean electos por sus aptitudes y en secreto, sin presiones. Que una vez formalizado el sindicato por voto libre y mayoritario, estos deban obtener la personería jurídica para tener en claro a dónde van a parar sus aportes. Ya son varios los ejemplos de corrupción y el destino es siempre el mismo. O para provechos personales o para el Partido Comunista.

Piense y mire a su alrededor como, por aparentes problemas personales, sus compañeros pierden sus ingresos en la industria pesquera (que la están llevando a riesgo de extinguirse) y vean cómo sus genuinos puestos de trabajo son adjudicados a trabajadores libres.

Las lecherías están siguiendo un camino similar. Sus sindicatos buscan sólo su poder sin importarles que en el camino dejan a miles de personas que ven como su esfuerzo diario de recolectar la leche se tira, sin que le preocupe en lo más mínimo a esta casta sindical.

Lamentablemente, no son los primeros ni van a ser los últimos. Muchas industrias importantes han quedado por el camino por estas “parodias de sindicatos”. Se los dice alguien que vio cómo una industria que supo ser pujante, como eran las textiles, sucumbieron en el anterior gobierno del FA.

Por esto y por su honor, les insisto que alcen sus voces, impongan sus derechos, necesidades e intereses y háganlo de una vez y para siempre y con toda la vehemencia que el tema merece.

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