Carlos Ortega | Montevideo
@|Esta segunda parte es una sección especial para el conductor del barco. Me resulta amable pensar en un asado porque se nota que es buen tipo, cordial y uruguayo promedio. El problema es que le toca la tarea de ser un estadista y estar a la altura de la historia de este país. Si hablamos de altura, el petiso nació más alto que él; y miren la paradoja que les cuento. Tiene más viajes que Julio Alonso y sus discursos son cada vez peor, jajajaj. No se la juega, pero eso es de uruguayo, no le puedo caer por eso. Nótese que no me sale ser duro con este fiel representante del empate (hablando en términos de fútbol). Lo que sí le aconsejo Señor Presidente, que no entre en la de mentir o desdecirse, eso le hará perder credibilidad muy rápido, acelerando la disconformidad. Tiempo para leer tiene porque lo veo en los programas de consumo diario...
¿Y la barra? La barra está que arde. Adentro y afuera... El frenteamplista de a pie está muy molesto y con el dolor natural de quien está decepcionado, pero enfrente ve que su accionar será usado en “su contra”. Y esto es así: nuestro país tiene una partición casi 50 y 50 como Nacional y Peñarol. Las discusiones políticas a todo nivel resultan muchas veces del mismo nivel que las de fútbol en las redes y entre los dirigentes. Bajas no, subterráneas.
¿Y adentro de la fuerza política? Con un brazo omnipotente, la 609 manda. El resto de los grupos sólo patalean y golpean alguna puerta con el correspondiente sangrado interno. El malestar es evidente.
La oposición se compone de un porcentaje no despreciable y bien armada, con experiencia y nivel de quienes están en esa función. Lo restante son los mismos compas que patean adentro, y las desprolijidades a flor de piel que se cometen a la luz del día como si fueran impunes.
Con respecto a eso, grave es la situación de la justicia en nuestro país. Se degradó desde adentro la institucionalidad cuando algunos actores operaron políticamente repetidamente y de forma ordinaria. No somos bobos. Ahora se atenta contra la Fiscal de Corte. Partido perdido señores.
El periodismo militante ha ayudado a generar este actual estado de crisis que tiene aspecto irreversible. Muchas operaciones políticas, parece el Pacogate.
De educación mejor ni hablar, un presupuesto que ni siquiera convence a los militantes de siempre. Hoy de un lado y de otro del mostrador se señalan con el dedo unos a otros esperando un tercer culpable que no existe. Es trágico y a la vez la imagen es cómica (me recuerda a la de Spiderman).
Van 20 minutos de partido y ya queremos cambio. ¡Termínelo señor juez!
Como se puede leer en el IPA por estos días: “el FA te mintió ñery”.