Email: ecos@elpais.com.uy Teléfono: 2908 0911 Correo: Zelmar Michelini 1287, CP.11100.

Empresas que se van

Walter Martínez Anro | Montevideo
@|No solo en Uruguay, empresas y capitales se desplazan en busca de mejores beneficios.

Entiendo que, en el caso de nuestro país, el sistema educativo nos enseña a cómo vivir en una “caja”.

No se enseña economía, sistema tributario, planear negocios, utilización del dinero como herramienta para generar valor, etc. ¿Qué tiene que ver la raíz cuadrada con hacer negocios? Lo último no se enseña en ningún lado, hoy es más fácil encontrarlo en YouTube.

La mente tiene un enorme poder, no le demos la oportunidad de que crea de que eres un perdedor. Muchas personas de negocios empezaron y empiezan de cero, salieron de la “caja”, se esfuerzan, aprendieron y muchos triunfan en la vida.

¿Por qué muchos empresarios y/o individuos se mudan a Paraguay o a Dubái, entre otros destinos? Simple, ¡las cargas tributarias no son tan altas!

El sistema tributario en Uruguay expulsa emprendedores y ahora asfixia a pequeños y medianos productores; ¡los que llegan a invertir desde el exterior tienen enormes beneficios fiscales!

Sin duda, a título de ejemplo, la no rebaja de los combustibles pese a tener margen encarece aún más todo, el sistema productivo lo tiene que trasladar a precios y el consumidor final se ve perjudicado; afán recaudatorio dentro de un sistema en donde el contribuyente está al límite.

Por otro lado, no es que el emprendedor no quiera pagar impuestos -razonables- es que tiene “un socio” en el Estado con un tamaño desmesurado y que poco ofrece a cambio, salvo estar permanentemente “metiendo la mano en la lata”.

¿Por qué el dinero tiene ese espíritu “golondrina” y vuela? Básicamente por la falta de estímulo para poder generar más y mejor con todo lo que ello representa y lleva consigo.

El que tuvo o tiene la habilidad de salirse de la caja que mencionaba, para crecer y generar riqueza, no necesariamente tiene que radicarse en un paraíso fiscal, sí en un lugar en el cual pueda que las cargas tributarias no lo ahoguen.

Si aflojaran un poco, más emprendedores no se marcharían, habría más desarrollo económico, se generaría más empleo, aumentaría la competencia, disminuiría el nivel de pobreza aumentando los niveles de vida.

La clase política debería rebajar su dosis de promesas incumplidas y los augures del sistema sindical dejarían de vociferar sueños inalcanzables desde la tribuna.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar