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El Pte. Orsi y los prisioneros políticos

Miguel Rodríguez | Montevideo
@|El pasado 23 de setiembre, el Presidente Orsi pronunció ante la 80 va. Asamblea General de la ONU un interesante discurso en el que definió, claramente, a nuestro país, sus valores, sus logros a lo largo de su existencia y su actual posición en el mundo.

En una parte de su alocución expresó: “Esos principios nos definen como república y se expresan en el respeto a la separación de poderes y el Estado de Derecho, la fortaleza del sistema democrático, el respeto y promoción de los derechos humanos y la equidad social, entre otros”.

Dejó claro, también, nuestro compromiso con la paz mundial lo que se materializa, entre otros aspectos, por la prolongada y destacada participación de nuestros militares en distintas Misiones de Paz.

Mirando al Presidente Orsi durante su muy correcta oratoria, costaba creer que en el Uruguay de hoy existe un gran número de personas que se consideran prisioneros políticos y que así los consideran sus familiares, sus amigos y miles de uruguayos; y que han perdido su libertad por una planificada cadena de violaciones a la constitución y a las leyes y por el desconocimiento explícito de dos pronunciamientos populares (referéndum de abril de 1989 y plebiscito de octubre de 2009) en los que los ciudadanos se expresaron a favor del mantenimiento de la Ley de Caducidad.

Aquí entramos en el terreno del llamado pasado reciente (medio siglo atrás) en el que hubo atrocidades propias, lamentablemente, de una guerra. El Estado defendiéndose de un grupo sedicioso, alzado en armas.

Aquí aparece el relato predominante del Partido Comunista que desde el advenimiento de la democracia fue empujando al resto de la izquierda, incluyendo al MLN (tupamaros) a posturas extremas, todos tratando de no quedar a la derecha y no perder votos.

En este mismo período pudimos apreciar el accionar seudo político del Partido Comunista, envenenando el clima social, manipulando la interna del Frente Amplio, violentando a la Justicia y distorsionando el plano sindical con el mezquino y único objetivo de acumular poder para, supuestamente, implantar una ideología que no funcionó en ninguna parte del mundo, ni siquiera apoyada en sangrientas dictaduras. Hay quienes afirman y, no sin razón, que lo que el Partido Comunista realmente busca es acumular votos (léase cargos) ya que su supuesta y superada ideología es una antigua caricatura tragicómica.

En la actualidad y fiel a su “modus operandi” está plantado como un gran y oculto “freno de mano” dentro del propio gobierno, fogoneando una pertinaz operación venganza contra militares, policías y civiles que actuaron en aquellos años.

Esta operación se lleva adelante desconociendo el Estado de Derecho y transformando a la justicia en un instrumento político, esto ocurre a la sombra de la tolerancia temerosa, de perder votos, de la mayoría del sistema político.

La Ministra de Defensa Nacional del primer gobierno de Tabaré Vázquez, Doctora Azucena Berrutti, manifestó, públicamente, que se estaban procesando militares sin pruebas y Lucía Topolansky afirmó para el libro “Los indomables” de Pablo Cohen, que algunos de sus compañeros manifestaron haber mentido ante la justicia con la finalidad de mandar a alguien a prisión.

Volviendo al Presidente Orsi y a su discurso, le recordamos que en Uruguay no se respeta plenamente el Estado de Derecho y que no se respetan, plenamente, los Derechos Humanos de todos los uruguayos.

Lo que está ocurriendo actualmente en Cuba, Nicaragua y Venezuela, con ribetes dramáticos, es el desconocimiento del Estado de Derecho y la violación de los Derechos Humanos.

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