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El IASS

Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|Un impuesto injusto que debe ser eliminado.

El reciente artículo de Santiago Orellano Abal, contador y consultor tributario, publicado en La Mañana, vuelve a poner sobre la mesa una verdad incómoda, el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) no solo es injusto, sino que también viola principios elementales de nuestra Constitución y del derecho tributario moderno.

Desde una perspectiva liberal, su eliminación no es una opción secundaria, es una necesidad impostergable para restituir justicia y coherencia en nuestro sistema impositivo.

¿Por qué el IASS es inconstitucional e injusto?

1. Doble imposición: el IASS grava jubilaciones y pensiones que ya estuvieron sujetas a tributos durante la vida activa de los trabajadores. Cobrar nuevamente sobre lo mismo no es solidaridad, es un abuso fiscal.

2. Violación de la igualdad y capacidad contributiva: este impuesto se aplica de forma real y general, sin tener en cuenta la situación personal de cada jubilado, desconociendo un principio básico de equidad.

3. Carácter discriminatorio: se centra en un único grupo de la sociedad, los jubilados, castigando precisamente a quienes han concluido su etapa laboral y viven de ingresos fijos y limitados.

4. Facultad discrecional del Ejecutivo: al permitir que el Poder Ejecutivo modifique parámetros como el mínimo no imponible, se erosiona el principio de legalidad y se debilita la seguridad jurídica.

5. Posible confiscación: al reducir sustancialmente ingresos básicos, el IASS contradice la garantía de jubilaciones suficientes y dignas, reconocida en la propia Constitución y en tratados internacionales.

El IASS no es simplemente un error técnico, es un impuesto que vulnera la confianza de los ciudadanos en el Estado. Si alguien trabajó, aportó y ya tributó, no es legítimo que se le vuelva a cargar con un tributo que confisca parte de su derecho adquirido.

Para los liberales, el respeto a la propiedad privada, la equidad fiscal y la seguridad jurídica son pilares irrenunciables. El Estado no puede ser el depredador que acorrala a los jubilados con nuevos gravámenes disfrazados de solidaridad, cuando en realidad son mecanismos de recaudación desesperada.

Coincido con el planteo de Orellano Abal: el IASS debe ser eliminado por completo. No reformado, no maquillado, no moderado. Su propia esencia es contraria a los principios constitucionales y a la ética tributaria. Mantenerlo es perpetuar la injusticia.

En otros países, la tendencia es aliviar la carga fiscal sobre jubilados, proteger el ahorro y fomentar la previsión individual.

Uruguay, en cambio, mantiene un impuesto que desalienta el esfuerzo y atenta contra la dignidad de los mayores. Si queremos un país que premie la responsabilidad y la libertad, debemos empezar por liberar a nuestros jubilados de este tributo injusto.

¿Por qué el gobierno del Frente Amplio hace caso omiso a un planteo tan claro y contundente?

Porque Yamandú Orsi y su coalición estatista necesitan que el aparato del Estado siga creciendo a costa de quienes menos pueden defenderse. Porque para ellos la prioridad no es la justicia tributaria ni la libertad de los ciudadanos, sino sostener un sistema clientelista que exprime a los jubilados para financiar promesas populistas.

El IASS es la prueba de que el Frente Amplio prefiere el camino fácil de la recaudación injusta antes que la valentía de gobernar con responsabilidad. Un gobierno que roba a sus jubilados no defiende a su pueblo: lo somete.

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