El Ciudadano | Montevideo
@|Los Ministros de Economía ven números y no personas. Son malos políticos devenidos en dioses del dinero. Azucena Arbeleche y Pablo Oddone comparten la visión fría de los números y caen en la trampa de la divinidad absoluta. El costo de la política económica, el atraso cambiario como herramienta y la falta de una mirada a las mayorías nos costó, entre otras cosas, perder las elecciones.
Oddone elogia la política económica de este gobierno y se atreve a oponerse a las locuras y disparates del PIT-CNT y los comunistas.
Sin embargo, su propuesta de trasladar el peso de la baja inflación a la desindexación de los salarios, desligándolos de variaciones programadas y automáticas como el IPC, demuestra una desconexión con la realidad de los trabajadores.
Mientras esto pasa, la izquierda y el PIT-CNT van por el capital, queriendo que pague la cuenta de la “felicidad económica de todos”, olvidando que los dueños del capital tienen alas y levantarán el vuelo.
¡Basta de políticas económicas que no piensan en las personas! ¡Vamos por lo real!
Es imprescindible achicar drásticamente el gasto del Estado. Basta de privilegios, basta de cargos políticos innecesarios, basta de posiciones como premio consuelo para políticos fracasados, basta de repartir cargos como pago por votos. El gasto político que hoy se derrocha mañana se disparará aún más.
Estamos ante una lucha interna en el Frente Amplio: radicales de izquierda contra el futuro Ministro de Economía.
El que gane define el rumbo del país.
No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nos llevan al abismo con sus experimentos ideológicos y su voracidad fiscal. La gente real necesita soluciones reales, no dogmas ni fórmulas de laboratorio que condenan al trabajador y al productor.
Es momento de alzar la voz. La política debe volver a ser un instrumento de servicio y no un juego de poder y acomodos. ¡Basta ya!