¿Distracciones o ignorancia?

Alejandro N. Bertocchi | Montevideo
@|Ante la lamentable y dolorosa continuidad de siniestros de tránsito con resultado fatal, algo que golpea diariamente a esta sociedad que se está acostumbrando en demasía a tales instancias, se debe convocar a una reflexión que lleve hacia un entendimiento más profundo del que públicamente se está exponiendo.

No hace mucho, desde la dirección de la UNASEV, se puso sobre la mesa un muy buen análisis encarado sobre la tipología de los siniestros; en este caso, sobre las rutas nacionales donde se producen los accidentes más violentos y mortales como los choques frontales y los que se denominan técnicamente como despistes. A estos últimos, se los define livianamente como una “distracción”.

En mi opinión, a estos puntuales siniestros se los debería incluir en un desconocimiento general sobre la conducción de vehículos cuya configuración de velocidad actualmente supera en mucho la capacidad humana de su control.

Se nota que la enorme masa vehicular de los últimos 30 años, lleva a que se otorgue permiso de conducir a novatos que ni siquiera montaron una bicicleta y por ello desconocen cómo conservar una distancia, esperar un claro, repasar y calcular velocidades, enfrentar lluvias, mala visibilidad y mucho menos dominar una máquina en una curva, etc.

Con demasiados años al volante nos permitimos discrepar con la definición de que un típico despiste sea una distracción como lo señala la UNASEV.

Frente a ello, asumimos que existe un desconocimiento integral de muchas reglas donde individuos de escasa experiencia sentados sobre medios de alta velocidad, por ejemplo, resuelven tomar una curva con los trágicos resultados que día a día vemos en la crónica roja.