Cuba tras 64 años de tiranía vive en el horror. Los videos de ciudadanos de a pie con celulares lo ilustran. Entre octubre 2021 y diciembre 2022, han emigraron 300.000 cubanos. La tiranía se justifica con un: “es culpa del bloqueo imperialista”. Pero… no hay barcos de guerra ajenos que le impongan limitación comercial alguna. Un ejemplo ilustra: el 70% del pollo congelado que se consume y parte de las medicinas que se usan en la isla son importados de Estados Unidos. No hay agua, comida, luz, medicamentos, atención médica y las edificaciones -abreviando- evidencian la precariedad de la vivienda en ciudades que parecen bombardeadas. Solo hay represión.
“¡Viva Cuba” y ¡Viva Fidel Castro!”, exclama Fernando Pereira presidente del Frente Amplio, con la compañía en el estrado de Marcelo Abdala, presidente del Pit-Cnt. Una claque responde en coro. Consta en un video extendidamente distribuido. Es el actual Frente Amplio. No están solos. La intendente Cosse -por ejemplo- afirma que Cuba y Venezuela son democracias. Otros “moderados” se suman. Caso del candidato presidencial Mario Bergara formado en las juventudes comunistas. Es admirador del títere de la familia Castro en Cuba, el “presidente” Miguel Díaz-Canel. Publicó fotos abrazado al siniestro personaje.
La tiranía ahora ha sumado un “corralito” por el cual -expresado muy sumariamente- se aspira a sustituir el uso dinero de efectivo por tarjetas de plástico y transferencias bancarias. Una solución que carece de la infraestructura técnica de cajeros y servicios aptos para implementarla. Y en el que las colas extendidas a todos los órdenes de lo cotidiano ya se extienden. Sirve para controlar el uso de billetes.
El país tiene a un 72% de la población viviendo bajo el nivel de pobreza. El salario mensual medio que equivale a 87 dólares o sea 3.480 pesos uruguayos, no da para comprar más que 500 gramos de banana y una palta. Siendo privilegiados aquellos que reciben divisas de familiares en el exterior y pueden comprar en el mercado negro y acceder a lo que quieran.
La bancarización -entre nosotros- fue iniciada por el pasado gobierno frenteamplista. A partir de determinado monto de operaciones comerciales se les debía efectuar obligatoriamente por vía bancaria, solución destinada a controlar a la gente. Lo que fue derogado por la coalición republicana gobernante. Pero, esta línea de espionaje impositivo no duerme. Los contadores progresistas agrupados en Cinve, sueñan con una “segunda reforma impositiva” para un nuevo gobierno frentista del 2025 en adelante.
Impulsan: un IVA personalizado según los ingresos personales y extendido a toda la actividad agropecuaria, mantener el IRPF y el IASS, aumentar los impuestos al patrimonio, a las herencias y a las rentas empresariales, así como rever la tributación para trabajadores autónomos y pequeñas empresas. Sumir, en definitiva, al pueblo en una maraña de trabas burocráticas, papeleos, asistencia contable inevitable y otras lacras. Los inventores de estas medidas, de hacerse, cobrarán pingües honorarios (como pasó en 2007). A la gente que invierte y se juega en el país los “sabios” les esperan con el cuchillo en la mano.
“¡Viva Cuba! y ¡Viva Fidel Castro!” puede ser voz respetable en un gobierno del nuevo Frente Amplio. Para unos pocos sería alcanzar el sueño del pibe.