Publicidad

Mucho más que un impulso

Compartir esta noticia

La historia es reciente y estoy convencido que sus mentores nunca soñaron que podían llegar hasta donde están hoy, cuando se embarcaron en el emprendimiento. Me refiero al Liceo Impulso que el jue-ves pasado inauguró una ampliación de sus instalaciones destinadas a alumnos de Primaria.

El presidente Lacalle Pou fue parte de la ceremonia del corte de cinta y de la fiesta y el regocijo que el logro alcanzado representa para la institución y para todo el barrio. Basta con mirar la foto de la portada de El País de ayer viernes, tomada por Estefanía Leal, para darse cuenta a qué me refiero.

Impulso nació en 2013 por iniciativa del abogado Nicolás Herrera y un grupo de empresarios que vislumbraron y creyeron que un futuro mejor era posible para los adolescentes de la cuenca de Casavalle. Surgió amparado por la denominada Ley de Mecenazgo aprobada durante el gobierno de José Mujica. En 2013 comenzó siendo un Liceo de cien alumnos que concurrían a clase en régimen de tiempo completo. Fue creciendo a razón de un centenar de plazas por año, hasta llegar en 2019 a los 600 alumnos. Ese año, terminaron el bachillerato los primeros jóvenes de la zona. Nunca antes se había logrado, fue un hito. Hoy son 1350 los alumnos y la institución ha logrado completar el Ciclo Básico (Secundaria, Bachillerato, una UTU con énfasis en lo tecnológico y Primaria).

La incorporación de Primaria es muy reciente y se pudo concretar gracias al aporte del empresario argentino Marcos Galperin, que el jueves pasado estuvo presente en la ceremonia. Galperin es el creador y director de Mercado Libre y reside hace ya varios años de forma permanente en Uruguay.

Impulso está situado en una de las zonas más olvidadas y problemáticas de Montevideo, una serie de barrios en los que durante décadas el Estado estuvo ausente. Allí viven alrededor de 70 mil personas, el porcentaje de niños y adolescentes es muy alto con relación a los adultos. Las necesidades de sus habitantes son muchas. Y si bien no es el único centro educativo privado de estas características, -también están allí El Jubilar y Los Pinos, ambas entidades católicas y con un enorme compromiso con la zona- es la que ha conseguido que sus educandos puedan hacer todo el proceso educativo.

Impulso tiene una demanda constante que quintuplica las plazas que habilita cada año. La deserción de su alumnado es casi nula. Suman doscientos las personas que forman el equipo que asiste a los estudiantes. En su mayoría son docentes pero también hay psicólogos, asistentes sociales, cocineros, personal de limpieza y de seguridad. Cuenta con un Director que se ocupa exclusivamente del funcionamiento curricular y académico de la institución y un Gerente que se encarga de las restantes áreas.

Impulso es financiado por setenta empresas que contribuyen con dinero y especies. Aquello que parecía una quimera una década atrás, es una realidad que superó al más optimista de sus impulsores.

Tal vez sí sea un milagro, pero en la siguiente definición que al término le da el diccionario de la RAE: “hacer mucho más de lo que se puede hacer comúnmente con los medios disponibles”. Sin dudas, un modelo a tener muy en cuenta. ¿Y por qué no?, replicar.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Diego Fischer

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad