Resignarse sería lo peor que podríamos hacer. Me refiero a dar por perdida la elección en Montevideo del próximo 11 de mayo.
Esta semana se conoció la última encuesta de Cifra que mostró un quiebre en la tendencia al alza de la Coalición Republicana y un crecimiento del Frente Amplio. La diferencia entre el oficialismo y la oposición, en la capital, es significativa y ronda los 9 puntos porcentuales, pero también es cierto que la aprobación de la gestión Cosse-Zunino llega solo al 29 por ciento de los montevideanos y la desaprobación suma el 39 por ciento.
La encuesta confirma lo que hemos sostenido desde aquí en reiteradas ocasiones: estamos padeciendo la peor administración municipal desde que el FA ganó por primera vez en la capital, hace 35 años. Peor aún que las gestiones de Ana Olivera y Daniel Martínez; algo que parecía casi imposible empardar. Se sabe, siempre se puede estar peor.
Con estos números a la vista tenemos dos caminos: redoblar los esfuerzos para que la Coalición Republicana termine con tres décadas y media ininterrumpidas de administraciones de izquierda o deprimirnos e ir buscando algún lugar en el interior del país adonde mudarnos. Yo me inclino por la primera opción y dar batalla para que mis hijos y mis nietos puedan conocer y vivir en una ciudad cuidada y bien tratada por sus autoridades y sus habitantes.
La Coalición Republicana ofrece tres candidatos con propuestas interesantes. Ellos son el nacionalista Martín Lema, la colorada Virginia Cáceres y el cabildante Roque García. Lema y Cáceres son la renovación de los partidos históricos y García es una figura nueva de Cabildo Abierto.
El FA, compite con el astorista Mario Bergara, la independiente Verónica Piñeiro y el aranista Salvador Schelotto. Bergara es una figura de actuación conocida en cargos claves de los gobiernos de izquierda, Piñeiro es la gerente Ambiental de la Intendencia de Montevideo (responsable de la higiene y la limpieza de la ciudad) y el arquitecto Schelotto tiene trayectoria en al ámbito académico. Ninguno de los tres puede argumentar que desconoce lo que han hecho de la capital estos siete gobiernos consecutivos de su fuerza política.
Bergara promete un “Nuevo Montevideo”, aunque no dice en qué consistirá. ¿Terminará con la cooperativa de amigos con sueldos siderales en la Intendencia? ¿Qué hará con el gran basural que es la ciudad? Sobre la iluminación no se manifiesta y ni dice nada con el estado calamitoso de los edificios grafiteados y vandalizados. No habla del tránsito ni del transporte. Y así podríamos seguir sumando.
Piñeiro quiere transformar a Montevideo en una ciudad igualitaria. Solo ella sabe qué quiere decir. Sostiene que la ciudad no está “todo lo limpia” que ella quisiera… Sobran los comentarios. Schelotto, es el único que parece entender el estado calamitoso de la ciudad. Pero figura tercero en todas las encuestas.
El 11 de mayo tenemos la posibilidad de cambiar el bochornoso destino de Montevideo. No seamos ingenuos, ni obsecuentes. Lo que el FA no hizo o deshizo hasta ahora, no lo va a hacer ni rehacer en el próximo quinquenio. La ciudad pide llorando a gritos un cambio real. Solo depende de nosotros, los montevideanos.